Bodega, cerebritos contra el gorila digital y la gentrificación del algoritmo
Ben Hozie y Nikki Belfiglio me reciben desde su apartamento en Nueva York relajados y dispuestos a confrontar contra la nefasta idea de que el rock, punk, funk o cualquier otro género, como fuerza de la naturaleza. Y no, un sonido inserto en su época. Pretenciosos, pero no gilipollas.