Hay artistas que de haber dejado un único álbum seguirían siendo recordadas por el resto de los tiempos. Es el caso del debut de Kim Wilde, que además de contener el inmortal himno juvenil «Kids In America», sigue sonando vigente, fresco y divertido. La del álbum es música a caballo entre la new wave imperante entonces, el pop más desenfrenado y la garra callejera del punk más canalla. Como si los primeros Blondie se hubieran ido de farra con Gary Numan. Y claro, esa voz envolvente de la protagonista, sensual y atractiva al oído.
Después llegó Select, un buen álbum que todavía rezuma frescura, en el que los teclados y sintetizadores cobraron fuerza y cualquier atisbo de rock fue eliminado, y que convirtió a Kim en un icono europeo, gracias, en parte, al single «Cambodia». Catch As Catch Can, el tercero, es un producto más forzado, completamente facturado en el laboratorio; como si la línea comercial estuviera marcada y se buscase a ese público de gusto fácil que tantos réditos dio a la industria en los ochenta.
The Rak Years (llamado así porque los discos se grabaron para Rak Records, el sello del legendario Mickey Most) es un cofre que contiene cuatro cd’s: los tres discos mencionados con bonus tracks y un cuarto álbum innecesario de remixes disco de algunos temas. Si pensaste que Kim fue un producto de su tiempo este trabajo te hará recapacitar. Si tenías los discos en vinilo es también una oportunidad de volver a disfrutar de estas obras, pues el sonido está mejorado y los bonus de cada uno de ellos contienen muy buenas canciones (especialmente en los dos primeros). Carajos, los ochenta fueron divertidos.
Texto: Sergio Martos
