Darwave, Post-Punk, New Wave, Rock gótico y Rock alternativo son los géneros que asocia la Wikipedia a la banda de Berlín, pero está claro que se le podrían asociar muchos más. A un servidor, se le antoja el neo romanticismo de distorsión contenida como referencia principal, pero con las intenciones muy amplias, ya que, es capaz de atraer bajo un mismo techo, y con el mismo objetivo a una gran variedad de gente, desde heavys de afiliación dura, góticos de pantalón de látex, indies buscando la respuesta de donde salió todo, y por supuesto los fans clásicos.
Mic Jogwer se presentó como único referente de la formación que grabó su clásico debut “If Two World Kiss (1987)”, y si bien su outfit de funcionario (no entendí lo de llevar zapatos de cordones, sin los cordones, como si acabara de salir de pasar una noche encerrado) no cuadra con todo lo expuesto en el anterior párrafo, la manera de enfocar el sonido de su guitarra y el desarrollo vocal, te engancha para mantenerte con la atención necesaria.
El set se nutrió en su mayoría del inicio de su carrera y de su grabación más reciente, “Tainted (2021)”, el cual es un álbum muy apreciado, representa un evolutivo lógico en cuanto a sonido, encajando temas como “There Must Be So Much More” con hits de otro tiempo como “Walking On Both Sides”. El show avanzó generoso en cuanto a minutaje, sin prisa, en su formato de prestaciones básicas, las de un trio de base rítmica aparentemente sencilla, de complejidad contrastada, y siempre envuelta por el sonido de una guitarra que fluyó por toda la sala.
Transitando entre parajes oscuros, sendas de pinceladas electrónicas o luces sonoras ambientadas en otra época más inocente, nos plantamos con dos bises de por medio en el punto final. Este no podía ser otro que el que da título a su debut, donde Jogwer se despidió, cediendo el protagonismo durante un par de minutos a bajo y batería solos para rematar un show de aquellos de manual de estilo, donde se ofrece lo que todos los asistentes habían ido a buscar.
Texto: Oscar Fernández Sánchez
Fotos: Sonia Eireos Gallarin
