Encuentros

Blam de Lam, solo un lugar existe

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Ahora que, de tan interconectados, nada parece estar nunca lo suficientemente lejos, Blam de Lam propone con su nuevo disco, Punto Nemo, el viaje definitivo: hacia el punto más alejado de tierra firme del planeta —¿nuestro interior?—. Antes de embarcarnos, eso sí, los cinco artífices de esta exploración nos advierten de luces intermitentes, fe y paradojas; así como de que este 17 de mayo retumbará el despegue por todo Jaén.

¿Cuántas naves espaciales tenéis enterradas? Punto Nemo parece un nombre de todo menos improvisado…

Naves espaciales tenemos enterradas un montón, jajaja… y las que quedan. Así que no, no se trata de un nombre improvisado: como concepto que englobara el álbum, Punto Nemo —que, aparte de cementerio de naves, es el polo de inaccesibilidad del Pacífico—, nos encantó. Es más, durante algunas fases de la creación del disco nos sentimos un poco como si estuviéramos allí.

Han pasado 8 años desde vuestro último disco, Dualismo, ¿la sensación con Punto Nemo ha sido la de volver como si nada? ¿O habéis notado el salto?

La sensación ha sido y es bastante ambigua: por un lado, todo este tiempo sí que ha supuesto una perdida de contacto con el público, con los medios e incluso a nivel discográfico, pues nuestro anterior sello cerró; pero, por otro, como no hemos parado de componer, revisar y probar distintas texturas para las canciones, la banda se ha mantenido unida, permitiendo así que el salto que supone ahora volver, aunque exista, sea menos pronunciado.

Y ¿Cómo es Blam de Lam a la hora de componer? ¿Como su mismo nombre indica, un golpe impreciso?

Unas veces la canción surge de algo impreciso y termina de moldearse en el local de ensayo; otras, parte de algo más definido. Para Punto Nemo, por ejemplo, un elemento muy importante fue disponer de forma ilimitada de nuestro estudio de grabación, como si fuera un instrumento más.

Que os nutrís del indie de los noventa es evidente, ¿cuál es, sin embargo, la influencia que lleváis más discretamente?

Nuestros gustos son bastante eclécticos y para nada los llevamos de manera discreta. Compartimos un nexo común sobre determinadas bandas o periodos como pueden ser el post-punk de los 70’s, el underground de los 80’s, y por supuesto el indie de los 90’s; pero, al margen de eso, tratamos de escuchar música de todo tipo. Si no, vaya aburrimiento.

 Punto Nemo recupera muchos motivos religiosos como la confesión, el perdón… en “Polvo en suspensión” directamente suena un te enseñaré a rezar. Pero, en esta misma canción, lejos de elevarse o ascender, sobresale el término despegar; ¿en este disco hay fe, después de todo? ¿O es pura ciencia ficción?

Tiene que haber fe. De hecho, todo el trayecto de composición del disco ha sido un acto de fe en sí mismo. En el caso de “Polvo en suspensión” la intención era precisamente mostrar esa ambigüedad entre fe y ciencia ficción, de modo que ambas vayan cogidas de la mano.

En “Confesión” vuestra atmósfera cósmica se mantiene un rato hacia el final, como para dejar que la canción, en el oyente, deje poso, se asimile, ¿era esta vuestra intención inicial?

Con ”Confesión”, que tiene una letra bastante complicada de escribir, como todas las confesiones, sí que tuvimos esa duda sobre cómo terminarla. Al final decidimos acabarla con todo ese desarrollo instrumental al que te refieres, con tal de intentar recrear una especie de estado de catarsis que contrastara con la primera parte de la canción.

Hay frases que de tanto repetirlas ya parecen mantras, sobre todo esta con la que el álbum acaba: hermoso este dolor. Sin duda, ahí os ha debido influir alguna lectura…

Siempre hemos reivindicado que lo mismo que existen influencias musicales también las hay literarias. Y es fantástico que te hayas dado cuenta de que utilizamos esta frase para terminar el álbum, porque fue algo intencionado. La paradoja que supone un dolor hermoso resume perfectamente lo que ha sido para nosotros el proceso de composición del disco.

 En el videoclip de El Predicador abundan faros; como si se tratara de tréboles, decidme, ¿habéis dado ya con alguno cuya luz sea constante?

 La luz de un faro, aunque no sea constante, sirve igual para guiarte, ¿verdad? Pues con la banda ocurre lo mismo, puede que ahora no tengamos una luz constante que nos guie, pero sí tenemos luces intermitentes muy importantes que nos siguen ayudando a continuar.

En fin, tendréis ganas de salir a presentarlo, ¿no? Esperamos veros hasta en el punto más inaccesible.

Eso mismo esperamos nosotros.

Próximas Fechas:

17/05 Bulevar Fest / Jaén
14/06 Industrial Copera / Granada

Texto: Sara Moa

Fotos: Murciano Total

 

 

 

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