Con la cantidad de lanzamientos del prolífico guitarrista de New Hartford, es fácil pasar por alto alguna de sus novedades discográficas. Pues no debería ser el caso con Redemption —su decimotercer álbum de estudio lanzado con su propio nombre—, ya que pese a estar lejos de su cresta particular, es una de las mejores adiciones a su catálogo personal.

Se hace extraño lo de oír un disco de blues en francés, para qué vamos a negarlo. Pero la sorpresa inicial que se apodera de uno cuando suenan las primeras palabras de ese «Respecte Nou» que abre el nuevo disco de los de Guadalupe se desvanece pronto.

A todos nos caen bien Nashville Pussy, imposible no sentir simpatía por ese dúo formado por Ruyter Suys y el incombustible Blaine Cartwright. Algunos de sus directos los guardo en la memoria como alguna de esas inolvidables veladas de puro y simple rock’n’roll pero reconozcámoslo, en vinilo siempre han flojeado.

Les he visto crecer desde casi embriones, pronto hará quince años, y pasar por una adolescencia y juventud de envidiable aprendizaje hasta alcanzar la madurez disco tras disco.

Grupo de reciente formación, al frente está sin embargo un veterano del doo-wop, Will Schalda, que formó parte de The Montereys allá por los sesenta. Le acompañan sus tres talentosos retoños, dos chicos y una chica de voz sublime, educados desde pequeños en las bondades del género y que han acompañado con sus coros a gente como Charles Bradley.

La naturaleza póstuma de este disco no debería despistar al oyente arrastrándole hacia el vórtice del duelo, aunque cuesta permanecer indolente una vez te sumerges en su intensa declaración de intenciones.

Resignándonos a la idea de que ya nunca volveremos a vivir el lanzamiento de un nuevo disco en estudio de Tom Petty, nos queda el consuelo de saber —como insiste su hija Adria, alma mater de este gran tesoro americano— que el material inédito que se conserva es realmente abundante y que lo que guarda este boxset de cuatro CD[Leer más…]

Las diversas dificultades que han jalonado la guadianesca trayectoria artística de Willie Nile le han impedido, seguramente, ser tan popular como Lou Reed o Bruce Springsteen. Sin embargo el neoyorquino tiene su nutrido grupo de seguidores que lo reconocen como lo que es: uno de los grandes cronistas de la Gran Manzana

Es habitual que bandas populares sufran cambios de formación debido a causas mayores, y mucho más que estos sean mal valorados por el público. En parte, es el caso de Alice In Chains, pues para todos los oídos la voz de Layne Staley será siempre insustituible.

Sufrir más de la cuenta por alguno de tus ídolos es algo muy desagradable, y esa es la sensación que tengo cada vez que veo a Gillan al frente de Deep Purple intentando recrear un pasado que ya no puede festejar como es debido.