Se hace extraño lo de oír un disco de blues en francés, para qué vamos a negarlo. Pero la sorpresa inicial que se apodera de uno cuando suenan las primeras palabras de ese «Respecte Nou» que abre el nuevo disco de los de Guadalupe se desvanece pronto. Un trío que se mueve entre el blues africano y el del Delta del Mississippi, con algunas sonoridades más cálidas, en canciones de corte más o menos clásicos pero absolutamente adictivas. Asegura su líder, Pascal Danae que ‘’empecé en esto del blues porque me hallaba en un momento difícil de mi vida’’. ¿No empezaron así todos los grandes bluesman? Tampoco es casualidad que el grupo haya adoptado el nombre de un coronel criollo del ejército de Napoleón, porque en su música hay un alto aroma de colonización. Canciones de sonoridad variada con una alta dosis de contenido político y social y un cantante mucho más completo de lo que, en ocasiones, deja percibir una voz muy tratada (ojo a los falsetes de Danae, que son excepcionales). Caribe. Delta. Senegal. Un disco de esos de los que descubres por casualidad y, sin saber cómo, acabas enganchado.
EDUARDO IZQUIERDO