Ya me gustó mucho el anterior disco de The Black Sorrows, aquel Endless Sleep publicado el año pasado y en el que rendían tributo en forma de originales versiones a héroes como JJ Cale, John Coltrane, Captain Beefheart, Hank Williams, Skip James o Lou Reed. Poco han tardado en volver a dar noticias discográficas. El título de su decimoséptimo disco en estudio es Faithful Satellite y vuelve a ser un trabajo a tener muy en cuenta. Joe Camilleri, indiscutible líder de la banda, y los suyos lo han vuelto a hacer. Han conseguido un álbum sin fisuras, reinterpretando a su manera el blues y el soul sin perder de vista el rock de alto octanaje. Poco tienen que ver con el resto de propuestas musicales que se relacionan con su Australia natal. Y eso los convierte en un rara avis. Y más aún cuando intentas pinchar las doce canciones de este disco mientras apuntas el origen sonoro de cada una de ellas y te encuentras en tu lista bluegrass («Fix my bail»), tex-mex («You Were Never Mine»), góspel y rockabilly («Raise Your Hands»), noir («It Ain’t Ever Gonna Happen») o reggae («Love Is On Its Way»). Pero es que los de Melbourne dominan todos los palos y se mueven por ellos con una maestría y una solvencia apabullante. Llenos de personalidad. Borrachos de libertad. Luminosamente excelsos.
Eduardo Izquierdo