Vivimos una época en que no sabe uno si alegrarse cuando se repescan grabaciones perdidas o más bien sentir que la vaquita de su música favorita se está quedando seca. Para añadir otra entrada a la nómina de “lost albums”, Josephine Foster nos dispensa con unas grabaciones de su época con Children’s Hour que llevaban dos décadas largas durmiendo en casa de Will Oldham y que cuentan con la aportación de David Pajo a la batería. La premisa era sencilla: reunión de colegas para un fin de semana de barbacoas y relax y, como en aquellos años aún no existía Netflix, en lugar de pasarse cuatro horas para decidir qué serie iban a ver se pusieron a grabar un manojo de temas agradables, sin pretensiones, alejados de lo que suelen hacer unos, en el caso de Pajo, y más cerquita de lo que acabarán haciendo otros, en el de Foster. Luego se hicieron las promesas de rigor de volver a quedar para pulirlos, cosa que no ocurrió hasta veinte años después. Si la vaquita no da más, al menos tenemos algo en la despensa.
FERMÍN GARCÍA