La inclusión en aquel experimento que Neil Young perpetró junto a Jack White y que bautizó como A Letter Home (2014), de algunos de sus compositores favoritos fue un autentico regalo. Allí se incluía entre las agraciadas «Needle of Death» de Bert Jansch. Alguien que para el canadiense ha sido ‘’el Jimi Hendrix de la guitarra acústica’’.

Tras dos trabajos mayúsculos, Buffalo (2012) y Cold Was the Ground (2015), y triunfar a lo grande en festivales prestigiosos como Roadburn o Graspop, el trío se posicionó como uno de los pilares contemporáneos en el ámbito del stoner y terrenos adyacentes.

Siempre fueron diferentes a todas las bandas de su generación y escena, aquella que se dio en llamar crossover y que fue muy popular entre finales de los ochenta y principios de los noventa, no solo por su condición de banda formada en su totalidad por músicos de color si no por la acertada incorporación que hicieron del soul, el[Leer más…]

Jim James, ya sea en solitario o con My Morning Jacket, ha tocado alrededor de cincuenta versiones distintas de temas ajenos. Según él, la música es el lenguaje universal, y las canciones son las que de algún modo, hacen girar la rueda.

Discos enormes, producidos como monumentales mamotretos de rock pesado. Una ecuación que el presente, nos esconde, demasiado a menudo. No es así con la monstruosidad titánica que se han esculpido los Melvins.

En 2010, Mavis Staples y Jeff Tweedy iniciaban con You Are Not Alone, una relación musical que ahora llega a su tercera etapa. Aquel disco recibió las alabanzas casi unánimes de la crítica y se llevó el Grammy al Mejor Disco de Americana del año.

Volviendo otra vez al sello con el que debutó, llega el nuevo álbum del guitarrista de Atlanta. Curtido en el seno del grupo The Heartfixers a principios de los ochenta, se estrenó en solitario en 1988 de la mano de Alligator Records.

No es el cervecero y barbudo guitarrista santo de mi devoción musical. Tras destacar como hacha en la banda de Ozzy, substituyendo a Jake E. Lee, y lanzar un delicioso álbum de orientación sureña que se ha convertido en objeto de pequeño culto, Pride & Glory (Geffen, 1994), centró todos sus esfuerzos en Black Label Society.

Lo de los capos de Soul Jam Records es para ponerles un monumento. No es solo que cada uno de sus lanzamientos sea una auténtica joya, sino que además aportan cantidad (siempre acumulan muchas canciones en sus discos) y una excelente presentación. Una de sus últimas propuestas es este doble CD  en el que nos encontramos hasta 48 temas de[Leer más…]