La historia de Fantastic Negrito es cuanto menos curiosa. Siendo el octavo de quince hermanos, se convirtió en un hombre obsesionado con alcanzar el éxito musical de su adorado Prince, pero en lugar de eso cosechaba encuentros con la muerte prematura hasta que un atropello lo dejó cuatro semanas en coma.
Discomático
Stephen Malkmus & The Jicks – Sparkle Hard (Domino-Music As Usual)
A pesar de que sus discos en solitario, siete en concreto, hayan superado en número a los de Pavement, siempre será recordado por haber sido el flequillo visible de aquella banda noventera. Sin prisa y con una calidad ajena a cualquier duda, el californiano ha sabido apartarse y tomar distancia, circunstancia que le ha permitido sostener con firmeza las riendas[Leer más…]
Wild Animals – The Hoax (BCore)
Muchos ya lo sabían, pero con The Hoax vuelve a constatarse que Jamie Ruiz es uno de los mejores compositores de canciones power-pop con coraza punk de este país. Simple y llanamente. Basta con echar mano de la discografía de Jamie 4 President, su otra banda —también bajo el manto del sello barcelonés BCore—, o cualquiera de los dos discos[Leer más…]
Graveyard – Peace (Nuclear Blast)
La nueva entrega en largo de los suecos se materializa en plástico después de una época tan convulsa que casi pone el adiós definitivo a sus discos y directos. Fueron capaces de renacer de sus propias cenizas, pagando el precio de una nueva alineación para eliminar de raíz rencores y malos tormentos.
Los Texmaniacs – Cruzando Borders (Smithsonian Folkways)
Me chifla esta banda. He seguido los pasos de Max Bacca, miembro de los Texas Tornados en la sombra, desde que decidió formar este grupo para seguir con el legado que dejaron Doug Sahm y sus compinches. Desde entonces no se les conoce disco malo.
John Howard – Kid in a Big World (You Are the Cosmos)
Editado originalmente en 1975 por la potente CBS, el álbum debut de John Howard pasó completamente desapercibido en su momento, sumiendo a su autor en el ostracismo. Otra de las grandes injusticias del orbe pop, como se puede comprobar en esta rigurosa y fiel reedición, que cuarenta y tres años después mantiene sus señas de identidad frescas y vigentes
The Moondoggies – A Love Sleeps Deep (Popstock!)
Siempre habrá bandas que seguirán sorprendiendo y aportando cosas interesantes, más allá de recrear un estilo. Una de ellas es The Moondoggies. Cinco años han tardado en volver a presentarnos material nuevo. Y la espera ha valido al pena, sin duda. Porque han gestado uno de los mejores trabajos de este 2018.
Luke Tuchscherer – Pieces (Clubhouse)
En su nuevo trabajo, el que fuera miembro de los añorados Whybirds, ahora trasladado a Nueva York, sigue apostando por el rock americano, aunque esta vez de corte más eléctrico. Las guitarras adoptan el protagonismo del disco y las canciones de Luke Tuchscherer adquieren un músculo que hasta ahora desconocíamos en sus dos trabajos previos
Dom Flemons – Black Cowboys (Smithsonian Folkways)
Se me ocurren dos formas de acercarnos al disco con el que Dom Flemons rinde tributo a los vaqueros negros. La primera es sumergirnos en las extensas notas interiores —¡treinta y nueve páginas!— y estremecernos de placer ante el aluvión de datos que el miembro de los Carolina Chocolate Drops saca a la luz
Lemozine – Things We Should Say (Darklands)
Una bien orquestada estrategia de marketing había ido desvelando poco a poco la trama de misterio sobre la que estaban trabajando los responsables del proyecto, al entregar puntualmente durante los meses anteriores algunas de las píldoras que iban a conformar este disco.