Una bien orquestada estrategia de marketing había ido desvelando poco a poco la trama de misterio sobre la que estaban trabajando los responsables del proyecto, al entregar puntualmente durante los meses anteriores algunas de las píldoras que iban a conformar este disco. Pasos milimetrados que obedecen a la veteranía de dos profesionales con no pocas batallas al lomo, Saxattack y Mr. Loulabiff, músicos y productores con dilatadas carreras que junto al fichaje Maria Lidmae y esa robustez en su voz han configurado un artefacto en el que se percibe la inquietud por contar todo aquello que había quedado voluntariamente aplazado, y soltar la sobrecarga para decir sin tapujos todo lo que se debía. Un trabajo que anda sobrado de registros y matices que bien pudieran haber lastrado el resultado final por exceso de información, pero que esquiva pasarse de frenada manteniendo coherencia gracias a una producción homogénea y trabajada para compactar riffs noventeros y saxos camuflados sobre samplers y programaciones donde tienen cabida desde Blondie hasta Skunk Anansie. Diez canciones, y cuatro transiciones, con evidente gancho comercial algunas, «Midnight Runner», «Silly Song», acertando menos en la propuesta otras, «Power of our Time», pero con una clara vocación melódica y cierto componente cinematográfico, donde «We Should Kiss» se llevaría una palma, y en las que haciendo un ejercicio virtual de deconstrucción para hallar la esencia, se acaba descubriendo tanta chicha como condimento.
FRANK DOMENECH