Encuentros

Eilen Jewell, «estoy justo donde quiero estar»

Santiago de Compostela (6 de junio en Sala Capitol), Madrid (7 de junio en Hotel Canopy Castellana), Arrasate (8 de junio en Parque Monterrón) y Valencia (9 de junio en 16 Toneladas) han sido las ciudades elegidas por la norteamericana para presentar Get Behind The Wheel. Se trata una de sus grabaciones más redondas hasta la fecha, donde se incluyen desde hits inmediatos, de la talla de “Lethal Love” o “Crooked River”, hasta versiones de clásicos tan acertadas como la de “Breakaway”.

Hablamos con una Eilen Jewell que se siente “más fuerte que nunca” del momento tan complejo que le tocó vivir y que le sirvió de revulsivo para crear estas nuevas canciones. Cabe recordar que a la de Idaho, que ha sido considerada “una de las voces más intrigantes, creativas y con carácter de Estados Unidos” por American Songwriter, le ha tocado tener que despedirse de varios familiares y amigos recientemente.

Lo primero, ¿cómo te encuentras? Sé que no has pasado por tu mejor momento antes de entrar a grabar este nuevo trabajo, aunque haya pasado más de un año de aquello…

La verdad es que estoy bastante bien ahora mismo, gracias por preguntar. Ha sido una etapa bastante dura pero creo que me he recuperado.

¿Podemos decir que has salido más fuerte? Supongo que la guitarra y la armónica pueden ser muy buenos aliados para esos momentos complicados.

Me siento más fuerte ahora que nunca, pero eso podría deberse simplemente a que la tormenta parece haber pasado de momento. Pero pregúntame otra vez cuando las cosas vengan mal dadas y veremos que te digo. En cualquier caso, sí que creo que la música ha sido siempre una especie de compañera para mí. Puede llegar a ser un verdadero bálsamo para todo este asunto de la condición humana.

En Get Behind The Wheel hay mucho dolor, ¿te sientes cómoda canalizándolo y convirtiéndolo en canciones?

No me siento muy cómoda escribiendo canciones, la verdad es que no. No es un proceso fácil, lo hago porque siento que no conozco otra manera de poder expresarme. Es algo que he estado haciendo desde que era un niña pequeña, aunque lo cierto es que el proceso se ha vuelto más difícil con el paso de los años. Esto me lleva a recordar algo que dijo Hemingway en su momento: «Escribir es fácil. Solo tienes que sentarte delante de una máquina de escribir y sangrar».

Algo que me sigue sorprendiendo de ti es tu habilidad para hacer buenas versiones, es algo que te ha acompañado a lo largo de tu carrera.

Gracias, la verdad es que siempre me han interesado mucho. Desde que tengo uso de razón he tenido una gran reverencia por muchos cantantes, y he imitado a mis favoritos desde muy joven. Creo que es cierto eso que dicen de que la imitación es la forma más sincera de admiración, aunque tengo que reconocer que, hoy en día, diría que lo hago también porque es mi manera de dar cierto protagonismo a esos artistas que quiero que otras personas conozcan. Me gusta pensar que tal vez la gente que escuche mis versiones luego quiera aprender algo sobre el cantante o compositor original. De esta forma, esa pequeña parte de nuestra historia musical colectiva seguirá viva.

Me gusta mucho la de “Breakaway” que acabas de lanzar. ¿Tu versión favorita es la de Irma Thomas o alguna de los que han ido apareciendo durante los años 70 y 80?

Por supuesto, mi versión favorita de esa canción es la que grabó Irma Thomas. Si te soy sincera, siempre prefiero el sonido de principios de los sesenta a los sonidos de las últimas décadas. Básicamente, creo que los estilos de producción, el equipamiento técnico y las sensibilidades artísticas de entonces eran mejores que las que llegaron después. Todo era más básico, pero también más puro.

Últimamente se habla mucho del papel de la mujer en el mundo del country, ¿crees que realmente Beyoncé o Taylor Swift tienen algo que ver con este género?

Lo único que puedo decirte es que si en su música hay algo de country yo no soy capaz de apreciarlo. ¡Y créeme que lo he intentado! (Risas) A veces tendemos a pensar que es country todo aquello en lo que aparece alguien de fondo tocando un violín o cuando escuchamos a un cantante con acento sureño, pero no es algo tan sencillo. Para mí, ellas suenan como casi todo lo que suena en la radio hoy en día: autotuneado, sobreproducido, sin alma y pasado por Pro Tools hasta la muerte.

En tus canciones, en cambio, sí hay mucho country, pero también blues, soul y rockabilly. ¿Cómo de importante son las etiquetas para ti? A veces pienso que solo nos importan a nosotros…

Realmente no me dicen mucho las etiquetas cuando hablamos de música, a menos que se utilicen para hablar de historia. Me refiero a cuando hay que poner en contexto cómo se desarrollaron los géneros musicales, de dónde vinieron, las personas que los crearon,… Ese tipo de discusión sí me interesa. Pero etiquetar las canciones como «canciones de blues» o «canciones de rockabilly» no me aporta nada, no pienso en la música de esa manera. Supongo que es también por eso que el término americana me funciona tan bien. En realidad puede significar casi cualquier cosa.

Siempre se ha destacado el contraste que hay entre tu voz dulce y el contenido de tus letras, que son más oscuras y duras. ¿Crees que es parte de tu encanto?

Sinceramente, no tengo ni idea de cuál es mi encanto, ni siquiera sé si tengo algún encanto. Sólo trato de hacer lo mío y espero que eso pueda conectar con la gente de alguna manera. Y la verdad es que me parece un milagro que haya gente que consiga conectar conmigo y con mi música. Es más de lo que jamás había soñado cuando empecé a aprender a tocar la guitarra. Para mí, esa conexión es la auténtica magia de hacer música, esa capacidad para crear un terreno común para unos completos desconocidos.

Llevas 25 años trabajando muy duro, ¿crees que el éxito ha tardado demasiado en llegar? Siempre y cuando consideres que lo has alcanzado, claro.

Estoy justo donde quiero estar. Si tuviera más fama no podría hacer cosas como bajar a comprar comida sin ser reconocida. Soy bastante introvertida, por lo que para mí es importante mantener cierto grado de anonimato. Por otro lado, tengo una situación financiera lo suficientemente buena como para poder pagar mis facturas y permitirme algunos pequeños lujos, como comprarme discos antiguos o unas bonitas botas vaqueras. Otra cosa buena es que ahora puedo elegir dónde y cuándo actúo, y con qué frecuencia. Sí, esto es lo que soñé hace 25 años.

En unos días nos vuelves a visitar y creo que esta vez sólo uno de los conciertos será al aire libre (Arrasate). ¿Dónde te sientes más cómoda, en un entorno rural o en una sala del centro de la ciudad?

La verdad es que todo me encanta. Estoy muy agradecida de poder tocar tanto en grandes ciudades como en pueblos pequeños, en grandes teatros antiguos y en salas de estar diminutas. Necesito que haya variedad para estar al día y mantenerme en forma.

 

Texto: Jesús Rojas

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