Encuentros

Nikki Hill, bola de fuego sureña

 

Notabilísima discípula de una muy ilustre tradición de vocalistas de rhythm and blues, Nikki Hill se ha ganado los corazones del público rockero con su descaro y energía, que le han hecho merecer el apelativo de “bola de fuego sureña”. La pandemia ha podido tocar pero no hundir a esta trabajadora incansable, habitual de los escenarios kilómetro cero, que nos visita durante el mes de septiembre con casi una decena de shows. Hablamos con ella antes de esa esperada gira, a la expectativa también de nuevos temas en un futuro no demasiado lejano.

 

¿Queda algo en ti de la chiquilla que cantaba en el coro de la iglesia?

Ya no soy una niña, así que muchas cosas han cambiado, pero aún mantengo la pasión por la energía que te da una sala llena de música.

¿Qué te hizo gravitar hacia el rock y alejarte del soul y el R’N’B que tanto gustaban a tu familia?

No crecí con normas sobre qué escuchar, por lo que nunca sentí que me estuviera alejando de nada. Era solo otra manera de expresar mi amor por la música. Escuché un montón de cosas diferentes y encontré algo que me gustó. Pude ver mucha música en directo mientras crecía, eso me dio otra cosa por la que interesarme.

¿Alguna vez se ha convertido en una carga para ti tener que justificar, entre comillas, el haber huído de tus raíces para caer en los brazos de la música rock?

Nunca me verás agobiada por cómo la gente intenta interpretar mi música. Un artista siempre se enfrentará a dificultades si no se le puede encasillar, empaquetar o presentar fácilmente. Cambiar lo que hago para complacer a otras personas sería muy deshonesto. Al fin y al cabo, me enfrento a diario a mí misma, no a los que montan dramas porque sienten incomodidad ante una mujer que no se deja reprimir por un estilo. Creo la música que me apetece crear en cada momento, sin importar en qué categoría encaja… ¿por qué debería justificarme?

¿De dónde proviene tu increíble apodo de “Southern Fireball”?

¡De un cartel de cuando comencé a hacer giras! La verdad es que el tipo que lo diseñó se lo inventó y lo puso un poco porque sí, pensó que sonaba genial. Me envió el borrador para ver si me gustaba ¡y le dije que sí! Él estaba en la banda con la que compartía actuación, decidimos publicarlo y supongo que el apodo cuajó y de repente comenzó a aparecer en artículos y entrevistas.

Parece que he adquirido la costumbre de entrevistar a artistas que graban o salen de gira con sus seres queridos o familiares en diferente grado. Tu esposo Matt toca la guitarra en tu banda, ¿tiene la dinámica de trabajo un impacto sobre vuestra relación afectiva y viceversa?

Es genial tener una persona a la que puedas acudir en plena vulnerabilidad para compartir ideas. Me encanta que nos ofrezca otra forma de crecer juntos e individualmente… y luego están las ventajas de viajar en pareja. ¡Soy afortunada de poder estar en un lugar increíble y no tener que pensar, ‘Oh, ojalá Matt pudiera ver esto’, ¡porque ahí está él, experimentándolo conmigo!

Tu último álbum, Feline Roots, se lanzó en 2018. ¿Podemos esperar nueva música tuya pronto?

¡Sí! Al final conseguí que mi banda y yo volviéramos al estudio. Estoy tocando nuevas canciones en la gira de este año. No resulta divertido, pero he estado ahorrando para poder crear y publicar más música, ¡ya casi la tenemos!

¿Sientes que tus próximas canciones son una especie de evolución de tu trabajo anterior?

Desde mi experiencia personal, lo enfoco de una manera fluida o, tal vez, “caótica” sería a veces la palabra correcta. Hago lo que se me ocurre en cualquier espacio mental en el que me encuentre cuando me siento a componer, o cuando las ideas me llegan en medio de lo que sea que esté haciendo. Sea lo que sea, al final sonará a mí, y eso es lo máximo que puedo garantizar.

Eres conocida por ser una trotamundos y una auténtica curranta. ¿De qué manera te ha golpeado la pandemia?

¡Ha sido muy duro! Después de lanzar tres álbumes de forma independiente y financiar las giras para ellos, todo ha resultado aún más difícil desde el punto de vista económico y logístico, salir adelante se ha complicado muchísimo. Dependo de las giras para mantener el impulso que me permite crear y grabar; que todo eso se detuviera y tener que afrontar todo tipo de desafíos ha sido tremendo. Pero, aquí estoy, amo lo que hago y aún estoy viva.

Antes del COVID, nos habíamos acostumbrado a que hicieras extensas giras españolas. ¿Esperas con ganas tu próxima gira por nuestro país en septiembre?

¡Por supuesto! ¡Estoy a punto de explotar de la emoción!

Texto: Pepe Velasco

Fotos: Leslie Campbell

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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