Encuentros

Los Steaks, carne efímera

Los Steaks

 

Tres años de inmovilidad en un cajón (sea virtual o físico) suponen un período muy dilatado, según los tiempos que corren, para cualquier tipo de grabación. Todavía se percibe más cuando se trata de una banda que va a la caza de un tercer álbum y sin necesidad de haber parado más de lo normal. Insistimos en la importancia de considerar que en pleno siglo XXI todo parece estar más alejado en el segmento temporal, aparte de que es más sencillo que las buenas ideas se abandonen antes o nos cansen enseguida. Sobre esto, y sobre la fragilidad de la vida (o lo pasajero de la carne), los anteriores movimientos en su carrera, la crueldad del rock como asunto laboral y el porvenir de Ander (nuestro interlocutor), Jon y compañía discurre esta entrevista.

Vuestro disco se titula Ephemeral Existence, lo que apunta a cierto nihilismo, pero no podría decirse que es un disco negativo.

Es un disco contemplativo. Trato de invitar tanto a la celebración como a la reflexión, y también a la ensoñación mediante la narración de experiencias de diferentes personajes o momentos vividos. El título es algo amplio.

¿Es efímera la celebración? ¿Qué emociones os parecen que no son pasajeras?

Todo es efímero, hasta los recuerdos. Y para explicar esto qué mejor que hacerlo mediante un disco de pop, lo efímero por antonomasia. Respecto a lo único que perdura creo que es la insatisfacción; es la característica universal, poderosos y necesitados, perdedores y ganadores lo padecen, es lo que nos hace humanos, y nosotros hablamos de ello en este disco.

¿Por qué salen ahora las canciones, que han estado “secuestradas” desde 2012?

El proceso empezó porque nos quedamos sin batería. Quisimos probar diferentes cajas de ritmos y no sabíamos cómo. Ahí entró Iosu Urquidi en el proyecto. Empezamos a grabar directamente. Jon y yo hablábamos de integrarle en la banda pero no era fácil porque tocaba el saxo con Corcobado y tenía algún otro proyecto. Hasta que aceptó.

¿Cómo fue la grabación?

Lo grabamos relativamente rápido pero sonaba muy casero. Teníamos claro que no íbamos a pagar ni un euro por el trabajo de estudio. Dimos con Sonido Muchacho y enviamos el trabajo a Bernardo Calvo, para que lo tratara un poco. El trabajo empezó veloz, pero al final trabajar a distancia fue lo que hizo que tardara tanto.

¿Por qué Ephemeral Existence se grabó en el local de ensayo? ¿Es solo una consecuencia de haber rescatado unos temas que funcionaban bien “en bruto”, o responde a un criterio de producción?

Nunca hemos pisado un estudio. Y por ahora es nuestra forma de trabajo. Probar y probar posibilidades, no ir sobre seguro buscando una fórmula que funciona bien con alguna otra banda. Se discute mucho pero es muy gratificante, aunque siempre tengas la sensación de que le falta algún arreglo más o que sobran efectos.

Los Steaks comenzó como un proyecto personal, y con el tiempo ha adquirido una consistencia de grupo. ¿Será esta la formación definitiva, o cada trabajo contará con músicos distintos?

Jon lleva ya cinco años, pero es la formación ideal. La más creativa, la más autocrítica, y la más abierta a nuevas ideas y posibilidades. Yo compongo pero soy mucho peor músico que ellos, así que nos complementamos.

En una reseña de Ruta 66 por vuestro segundo disco, se recogía una declaración de Ander: “Me quería distanciar del rollo rock”. ¿Es este un intento de regresar al rock? Creo que aludís a un pop que a la gente del rock no le resulta ningún problema aceptar.

Lo sé. Lo estoy viendo una vez que ha salido el disco. Pero lo decía en el sentido de usar guitarras, en la iconografía y la estética. El rock es muy cruel según se van cumpliendo años. Yo quiero componer cosas que me apetezca escuchar. No quiero expresar que estoy en celo, por lo tanto necesito un modo de expresión menos contundente, pensé. Aunque la base de las canciones se encuentra en Willie Dixon, los Beach Boys, Phil Spector y poco más… bueno, es una de las tantas contradicciones que nos caracterizan.

Ander Zabala

¿Cómo conseguisteis añadir vientos en «Tears of Glass», sin llegar a saturar el ambiente?

Hicimos tantas pruebas que no lo sé. Sí recuerdo que fue algo que surgió en nuestras cabezas al mismo tiempo. Estábamos pensando: “le falta algo al final”, nos miramos los tres y dijimos: “¿y si probamos con el saxo de Josu?” Y creo que dimos en el clavo. Luego Josu hizo el resto en la mezcla.

¿De qué trata «Moments»? La encuentro algo distinta al resto del conjunto.

Puede que sea algo distinta en la parte musical, pero el texto no trata una temática diferente a la del resto del disco. Habla de los momentos que se recuerdan como perfectos cuando uno está viviendo una tragedia al más puro estilo Tennessee Williams.

Mientras escuchaba el disco, recordaba el Darklands de The Jesus and Mary Chain, algunas canciones de Dead Can Dance y Television Personalities, referencias a la parte más oscura de la New Wave. ¿Está ahí vuestra inspiración?

No lo sé. Me gustan las bandas que mencionas pero no me inspiran a la hora de componer. Bajo mi punto de vista, al utilizar bases pregrabadas y cajas de ritmos puede recordar a algunas de esas bandas. En el fondo me inspira cualquier tipo de música que me gusta. Pero nunca nos planteamos hacer algo revivalista, sino ambientar las canciones en lugares de nuestro propio imaginario. Trato que las canciones se asemejen a las que me hacían sentir bien en algún momento de mi vida y aún no me abandonan.

¿Qué estáis preparando? ¿Habrá siguiente disco?

Sí. Estoy probando cosas en casa. He sido padre de dos niñas y quiero componer algo que les vaya a gustar. También me gustaría usar instrumentos infantiles, ¡hay un gran mercado!

La portada de Ander, según he leído, está creada a partir de la garita de guardia de una central nuclear sobre un fondo con un tono de verde que siempre me ha gustado llamar “verde demolición”. ¿Por qué esa imagen?

No tengo la más remota idea. Buscábamos una foto poética: fábricas abandonadas, chimeneas con gaviotas, cosas así. Di con ésta, luego probamos recortándola, y así quedó. Ese color siempre me gustó. Hemos utilizado los colores pastel en todos nuestros carteles y portadas.

 

Texto: Daniel Jándula

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