Me tomo cada lanzamiento de Lincoln Durham como uno de los acontecimientos musicales del año. No puedo evitarlo. Y eso que, claro está, no se puede conservar la excitación de la primera vez.

Si ya resulta una tarea casi imposible mantenerse vivo durante 25 años en el mundo de la música, mucho más es hacerlo bajo una formación estable y con la capacidad de articular un marcado sello identificativo, cosas que sin embargo sí ha logrado sobradamente Sloan.

El tópico “un nuevo disco de xxxxxxxx es una gran noticia” cobra sentido en el caso de los vizcaínos. Liberaron su primera entrega, On Route, en el 2009 y su sucesor, el estupendo Healing the Soul, vio la luz en el 2013.

Que los Who pre-Tommy en directo eran unos bárbaros es una obviedad. Lo sufrieron en sus carnes hasta los Rolling Stones, cuando Townshend y compañía les eclipsaron en su Rock and Roll Circus.

Ya saben aquello de que el talento está muy bien pero te tiene que pillar trabajando, eso no es problema en el caso del hombre de Bristol, él está siempre trabajando, sea en su estudio, sea en los camerinos de Jools Holland, de este modo construye una especie de collage que funciona de un modo minimalista, bello, sencillo.

En el plano sonoro en que residen los madrileños la línea que separa la repetición y el inmovilismo de la genialidad es tremendamente fina.

Sabido es que Rudi Protrudi siempre fue más un transmisor que un creador, y que hace años que no editan un disco con material inédito, propio o ajeno, que valga realmente la pena.

Autodefinido como glam de alcantarilla y lirismo surrealista, este nuevo álbum del trío de Atlanta, el octavo, rompe seis años de silencio discográfico. Ha sido grabado en Nueva York con el productor Matt Verta-Ray, (Heavy Trash, Madder Rose, Speedball Baby) con el que ya trabajaron en su anterior “In The Black Spot” y en “Everything Is Falling Apart” de 1996,[Leer más…]

Como esas historias, o esas personas, que comienzan agarrándote el pecho con ademán de impedirte respirar pero que resulta que solo querían desabotonarte las costillas para que lo hagas mejor, así es este nuevo brindis de Will Self.

Hubiese sido una imprudencia por parte de Wilko volver a repetir la fórmula junto a Roger Daltrey, tal y como tenía planeado cuando le entrevisté hace tres años. Esa es una de esas cosas que funcionan en un momento concreto.