Katuzaldia es el título del segundo largo de EZEZEZ, una de las grandes revelaciones de la música en Bizkaia en los últimos años, comparados ya con bandas como Idles o Viagra Boys. Ocho nuevas canciones que suponen la confirmación de un proyecto que nació de la mano del vocalista Unai Madariaga, y al que fueron añadiéndose los diferentes elementos que actualmente conforman una de las bandas con más futuro en una escena, la de Euskal Herria, en la que no paran de salir propuestas interesantes y variadas.
Para comenzar, ¿no cansan ya un poco todas esas comparaciones con Viagra Boys, Idles…?
Alvaro Olaetxea: Cansar no, pero sí que es verdad que, a veces, es un poco innecesario, porque lo que tiene que hacer la gente es escuchar la música.
Eneko Ajangiz: A mí lo que más me flipa es que muchas veces nombran referencias de gente que yo ni siquiera he escuchado, ni conozco; claro que puede ser que sonemos a tal o cual cosa… pero desde luego no ha sido intencionado.
A.O.: Al final, en el mundo de la música está todo inventado, y lo único novedoso puede ser cómo coges todo eso que ya se ha dicho, para hacer tus canciones, más que intentar hacer algo nuevo.
¿Y no creéis que todas esas similitudes pueden venir por vuestra actitud en el escenario?
A.O.: Sí, puede ser que todas esas comparaciones vengan por el paquete completo, más que sólo por el sonido o por la música que hacemos.
E.A.: Yo creo que es más una actitud estilística… como que hay muchos grupos que tenemos una actitud concreta encima del escenario, y eso es lo que podemos tener en común con otras bandas, pero al final al hacer música, es inevitable que salgan por algún lado todas esas cosas que has escuchado a lo largo de los años.
Ahí va otra de las cosas que se han dicho sobre EZEZEZ: La última gran esperanza del rock en Euskal Herria. ¿Cómo os tomáis esto?
A.O.: Joder, no sé quién dice eso, pero yo no estoy muy seguro de ello (risas); lo que sí es cierto es que en los últimos 4 ó 5 años justo desde antes de la pandemia, en Euskadi ya se estaba empezando a dar un cambio. Y nosotros, en ese sentido, somos hijos de nuestro tiempo, y hemos llegado en un momento propicio para hacer estas cosas, porque hace diez años las propuestas musicales eran mucho más homogéneas. Por suerte, ahora sí que parece que el público euskaldun se ha abierto a otras cosas. La sensación que yo tengo es que hacía falta un cambio en la música, y ahora se está dando.
¿Y cómo veis esa escena que se está creando en Euskal Herria, con sonidos y bandas tan diferentes como TOC, Txopet, Merina Gris, o Silitia, entre otros?
A.O.: Parece que la gente se ha replanteado un poco sus prioridades después de la pandemia. Y el tema de la escena es importante porque si no hay escena, no hay cambio real, y la importancia cultural que puede tener lo que hagas se pierde si no tienes gente a tu alrededor que esté en tu onda… no necesariamente haciendo lo mismo que tú, pero en tu misma onda en cuanto a cómo y por qué estás haciendo lo que estás haciendo.
¿Cómo se ha gestado este segundo elepé de la banda?
E.A.: Unai y yo nos conocíamos de hace tiempo y él sabía que yo andaba tocando en varios grupos, y me dijo que tenía unas canciones para grabar y que pensaba que yo era el indicado para hacerlo, y en ese trabajo suyo me limité a grabar y a meter algún arreglillo extra, porque él ya tenía todos los temas hechos; y luego ya hicimos entre los dos el primer disco de EzEzEz, llamamos a Alvaro porque nos hacía falta un batería, luego empezamos a tocar y como vimos que la cosa empezaba a funcionar y también que los temas cada vez eran más rockeros y llamamos a Mikel para tocar el bajo. Desde entonces, ya empezamos a trabajar sacando ideas los cuatro juntos en el estudio, todos aportando y esperemos seguir con esta dinámica en un futuro.
A.O.: Estuvimos un mes en el estudio grabando; de hecho, la idea inicial era hacer un EP con seis temas de los que finalmente, cuando empezamos a grabar se quedaron sólo dos, y el resto son todo canciones que han ido saliendo en el estudio, aprovechando los momentos de inspiración.
El disco lo has producido tú, Eneko. ¿Creéis que es positivo ser parte de la banda para trabajar la producción de una manera más eficaz?
E.A.: En mi caso, influye positivamente, porque como yo controlo del tema, cuando he grabado con alguien externo siempre me pongo en la cabeza del otro, y pienso que se podría hacer de otra manera, así que esto es una forma de estar tranquilo, porque lo que se hace, se hace como nos gusta a todos. Además, era un lujo poder invertir todo el tiempo que quisiéramos para hacerlo como nosotros queríamos.
¿Cuáles son las diferencias entre este Katuzaldia y vuestro trabajo anterior?
A.O.: Es un trabajo un poco más rockero, a la vez, más ecléctico estilísticamente, y definitivamente más duro… aunque no podría decirte exactamente por qué.
E.A.: Yo pienso que hubo un cambio en Unai, que ya había estado mucho tiempo con el chill, y tenía ganas de hacer cosas más cañeras.
A.O.: Sí, quería compartir las canciones en el contexto de una banda, y tener un proyecto común con gente en la que apoyarse.
E.A.: También hemos ido viendo, sobre todo en directo, que los temas cañeros son los que mejor funcionan, porque nosotros estamos súper a gusto tocándolos y vemos que la gente lo da todo, y como vemos que nos llena a todos, ahora queremos seguir en esa dirección.
A.O.: Lo importante es que hemos encontrado un punto en que estamos todos contentos y convencidos con lo que hacemos.
En esta ocasión, todos los temas son en euskera, ¿Era casi una necesidad para Unai cantar en su idioma?
E.A.: Le apetecía cantar en su idioma materno, se sentía muy cómodo haciéndolo y creía que se iba a poder expresar mejor. Y la verdad es que creo que ha sido un acierto absoluto.
…Lo cual no quiere decir que en el próximo vaya a ser así ¿no?
A.O.: Si algo nos ha definido como banda desde el principio es, precisamente, que no estamos cerrados a nada y que, en cada momento, vamos por donde nos da el aire, así que no tenemos ni idea de qué vamos a hacer en los próximos trabajos. Creo que, además, es buen momento para ello, uniéndolo con lo que decíamos antes de que la gente está más preparada para recibir propuestas variadas.
¿Y de qué hablan las letras de las canciones en este disco?
A.O.: Unai es un poco personal a la hora de expresar las cosas, hay letras muy introspectivas, otras de amor, otras de comunidad como la de «Ezezez»… hay un poco de todo.
E.A.: En este disco cada canción es un mundo, no hay una unidad en las letras, como si puede haberlo en la música. Son cosas que cada uno puede interpretar a su manera, para hacer suya la canción.
¿Y con ganas de presentar estas nuevas canciones en directo?
A.O.: El disco, sin duda, es una excusa para girar, pero sin infravalorar el trabajo de estudio, porque en la banda todos somos también de hacer discos y disfrutamos mucho de ello. Pero lo primero que quieres cuando haces un elepé es defenderlo en directo. Nosotros nos lo pasamos muy bien tocando juntos, y eso es algo que creo que se nota, y es lo que nos va a llevar a seguir tocando todo lo que se pueda, que es lo que queremos.
Texto: Sergio Iglesias