Garage-rock, power-pop, punk… son los ingredientes que Jörgen “Red” Westman lleva décadas cocinando en una banda que, en vivo, garantiza tu combustión espontánea. El cuarteto sueco presenta su nuevo disco, Happy Songs, en una gira que promete intensidad y jolgorio: 20 de abril, Benidorm en el Bali R’N’R Show; 21 Aclam Club, Barcelona; 22 Sala Z, Zaragoza; 23 Because, Castellón; 24 Divergente, Toledo; 25 Fun House, Madrid; 26 Cocodrilo Negro, Ponferrada; y 27 Boogaloo Café, Cáceres.
En la estela de sus compatriotas The Nomads y Wilmer X, Psychotic Youth se fundaron en Kramfors, año 1985, para tres años después mudarse a Gotemburgo. “Den svenska punklegend”, les llaman en Suecia. No es apelativo gratuito, pues fueron antídoto contra el frívolo tecno-pop y el risible rock siniestro de la época.
El cuarteto sueco presenta su nuevo disco, Happy Songs, en una gira que promete intensidad y jolgorio: 20 de abril, Benidorm, Metaliko Fest; 21 Lebowsky, Teruel; 22 Sala Z, Zaragoza; 23 Because, Castellón; 24 Divergente, Toledo; 25 Fun House, Madrid; 26 Cocodrilo Negro, Ponferrada; y 27 Boogaloo Café, Cáceres.
La banda se formó, ¡el mismo año en que comenzó Ruta66!, como Ratfink-A-Boo Boo’s. ¿Imaginabas que seguirías rocanroleando cuatro décadas después?
Entonces todavía éramos adolescentes y el mundo era nuestro, así que sí. Pero estamos muy orgullosos de seguir lanzando buena música treinta y nueve años después y, de alguna manera, sentimos que sonamos mejor que nunca. Psychotic Youth se disolvió en 1999 después de haber lanzado cinco álbumes y realizado muchas giras europeas.
¿Estabas cansado del rock o las cuestiones personales (trabajo, familia, etc.) forzaron el fin de la banda?
Como perdimos a Gunnar [bajo] por tinnitus y a Kent [batería] por el desgaste físico, creo que los sustitutos nunca esperaron estar en marcha ni siquiera durante esos cinco años hasta 1999. Pero ocurrió que nos ofrecieron una gira larga por Estados Unidos por primera vez, ya que Bomp publicaba nuestros discos. Los chicos se echaron atrás porque tenían otros planes, y tuvimos que renunciar.
En 2015, os reunisteis a petición de Kurt Baker y Morten Henriksen de The Yum Yums, para acompañarlos en su gira escandinava. ¿Sentiste sed de rock otra vez después de esos conciertos?
¡Absolutamente! Y la oferta del sello japonés Waterslide Records de lanzar una recopilación celebrando nuestro treinta aniversario, y organizarnos una gira, hizo que volviese a disfrutar escribiendo nuevas canciones. Y sentí que todavía tenía el gusanillo.
¿Cuál sería el mejor disco para presentar la banda a alguien que no os haya escuchado? ¿Quizás esa nueva recopilación?
Bamboozle de 1994 tiene muchos éxitos de los noventa que todavía tocamos. Pero, en mi opinión, los últimos tres álbumes, 21, Forever and Never y Happy Songs, son igual de buenos.
¿Cómo compararías estas nuevas canciones, y vuestra prestancia actual, con las primeras grabaciones?
Los primeros álbumes eran una mezcla de punk, garage-rock y rockabilly, pero aquellos tiempos ya pasaron. Hoy en día nos concentramos en nuestro power-pop/surf-punk y un poco del Detroit punk de los setenta.
Este mes volvéis a recorrer España. ¿Qué esperas de nuestro público?
Hemos visitado España muchas veces y el público siempre es genial. Cuanto más pequeño sea el lugar, mejor será el público. Pero ahora también estamos haciendo un par de festivales y eso es un desafío, tienes que captar al público de golpe o simplemente pasarán de largo.
¿Por qué la juventud de hoy no es tan “psicótica” como lo éramos en los años ochenta? ¿Se olvida la rebelión en el mundo virtual actual?
Anoche tocamos en un nuevo club punk en nuestra ciudad natal y el público eran mayormente chicas veinteañeras que nunca nos habían escuchado… Nos dijeron que les había impresionado nuestro bolo, a lo que respondí como un viejo idiota: “La práctica lleva a la perfección”.
Texto: Dr. Rawk
El Bali R’N’R Show se celebra en el Gran Hotel Bali de Benidorm los días 20 y 21 de abril. Un festival con una propuesta original donde todo transcurre en el hotel sin necesidad de salir, donde el abono incluye los desayunos y comidas. donde uno va a escuchar rock’n’roll, pasar un buen rato en un ambiente cómplice y despreocuparse de todo durante dos días. El cartel rebusca en bandas que no son habituales en el resto de festivales con una clara tendencia hacia el garage, punk’n’roll y taberna-rock.