Blowfuse con su juventud son toda una institución si hablamos de la escena punk estatal influenciada por el punk melódico californiano que eclosionó en la primera mitad de los noventa. Su recorrido es largo y fructífero y han conseguido tocar con muchos de sus ídolos.
Pero lejos de acomodarse y de recrearse en la escena que les ha visto nacer publican un nuevo disco The 4th Wall (HFMN Crew), que sin dejar de lado su estilo más reconocible, sorprende por su aperturismo y por querer llegar a un público no tan de nicho, y mucho menos ortodoxo. Contentos están y no es para menos , así que no ha estado de más contactar con su batería Ricard Bouffard, para que nos hiciera partícipe de la excitación que sufre la banda por este nuevo disco y todo lo bueno que les espera.
Primero que todo, felicitaros por el nuevo disco; creo que representa un salto bastante cualitativo respecto a «Daily Ritual». ¿Sentís lo mismo respecto a estas nuevas canciones?
¡Gracias! Personalmente, estoy muy contento con el resultado. Hemos trabajado ardua y extensamente para perfeccionar al máximo cada canción, tanto a nivel de producción como de sonido, cuidando meticulosamente los detalles pero siempre intentando mantener la esencia de los temas. Este disco sorprenderá a más de uno, aunque en Daily Ritual ya dejamos pistas de hacia dónde nos dirigíamos de manera natural. ¡Y es quetenemos muchas ganas de escuchar la opinión de la gente!
Daily Ritual es de 2019. Han pasado cinco años. De acuerdo, ha habido un parón mundial por la pandemia, pero parece que os lo habéis tomado con calma para encarar esta grabación.
Siempre cojeamos de esa pata (risas). Siempre hemos sido más bien lentos en la composición y grabación… ¡no lo podemos evitar! Siempre decimos; «Venga, que el próximo disco que sea en dos años, máximo». Luego pasan a ser tres, cuatro… ¡ahora cinco! Nos hemos llevado mucha coña con esto (risas). Pandemias aparte, ha habido otros factores que han afectado los tempos del disco; principalmente poco tiempo y mucho trabajo. La pandemia también nos hizo replantearnos nuestras vidas, como a mucha otra gente, y nos permitió dedicarle más tiempo a otros aspectos de la vida.
Algunos temas existían desde hace años; de hecho, a finales de 2021 lanzamos el single «State of Denial» como parte del recopilatorio de bandas de nuestro sello HFMN Crew (que hemos incluido en The 4th Wall). De todas formas, decidimos retrasar un par de veces la salida del disco por el bien de la banda y hacer un lanzamiento bien elaborado, con cuatro singles y videoclips, giras cerradas….
¡El próximo prometemos publicarlo en 2025, sí o sí!
¿Pensáis que con este disco podéis llegar a un público de rock más abierto de miras, más que al nicho (dicho con mucho respeto) de las audiencias punk rock?
Es lo que esperamos, pero ya no podemos ser objetivos, pero es sin lugar a dudas nuestro trabajo más accesible. El cambio de estilo en algunas canciones no ha sido ni mucho menos premeditado. Simplemente hemos trabajado de la manera en la que nos hemos sentido, sin forzar un estilo, tempo o sonido, dejando de lado todo prejuicio o género. Estamos más interesados en encontrar un punto en común del conjunto. Intentamos no etiquetar lo que hacemos y mantenernos abiertos a cualquier idea, inspirándonos en todo tipo de bandas. En este trabajo, cada canción es única en sí misma. No hemos querido forzar ni componer un disco con canciones idénticas o calcar discos anteriores. Así que sí, creo que podría haber cabida para un público más amplio y espero que cada persona pueda encontrar una canción con la que vibrar.
La canción «Fade Into The Dark» la veo como deudora del rock de los noventa. Imagino que, aparte del punk rock, la música de esa década ha debido ser una influencia importante para vosotros.
Somos milenials nacidos en los noventa; y hemos mamado de todo lo bueno y malo de ello (risas). Desde que tuvimos uso de razón, los cuatro nos empapamos de la música que nos llegaba, sin importar el estilo. Personalmente, me siento afortunado por haber crecido en un tiempo en el que la creatividad en la música llegó a su cénit y el crossover entre varios estilos era el pan de cada día. Incluso llegó a tener mucho recorrido comercial (con sus consecuencias positivas y negativas). De hecho, el rock alternativo, como lo llamaban en la época, acogía bandas muy distintas entre sí y había una gran variedad. «Fade Into The Dark» es el tema oscuro del disco, y no es muy difícil entrever algunas de nuestras influencias como el grunge y el metal de los noventa. Aun así, creo que sigue manteniendo la esencia de la banda.
Me ha encantado «No Matter What I Do» creo que tiene mucho gancho; habladme un poco de esta canción.
Por aquí tiramos, de forma inconsciente, hacia el power pop. Es un tema que brilla por su sencillez. Óscar la compuso muy rapido y enseguida el resto le dimos una oportunidad para desarrollarla. Líricamente también quisimos no complicarla y tratar de manera desenfadada el apego y la obsesión.
Además, reincidiendo un poco en los noventa, la voz en Blowfuse siempre me ha hecho pensar un poco en Billy Corgan de Smashing Pumpkins. ¿Os lo han dicho alguna vez?
Pues podría ser. ¡Ahora que lo dices, Oscar tiene un tono con cierta semejanza!
El disco lo publica HFMN Crew, que están haciendo una labor estupenda en la escena hardcore punk. ¿Os sentís apoyados y afortunados de formar parte de todo su entramado?
Ricard: Estamos muy agradecidos no solo por el apoyo que nos han dado desde los inicios de nuestra carrera, sino por apostar por este estilo de música. Por mucho que pueda haber modas, creo que la escena no puede crecer sin personas que la apoyen y fomenten. Y sin bandas locales, poco a poco va muriendo porque las bandas que llevan cuarenta años al pie del cañón dejarán de estarlo tarde o temprano. Es muy importante dar visibilidad a bandas locales que puedan crecer; de hecho, solo hace falta una banda para inspirar a otras personas a hacer lo mismo.
Las portadas de vuestros dos últimos discos me hacen pensar (salvando las distancias) más en las de Hypgnosis en los setenta que no en las habituales en un grupo de punk rock. ¿Es una impresión mía o queréis huir un poco de la estética asociada al género?
Para nada. No pretendemos distanciarnos de nada en particular, si no expresar visualmente el concepto del álbum y cómo nos sentimos. Pero creo que hay un punto en común en las portadas de nuestra carrera, que es la despersonificación. Siempre nos ha gustado representar un elemento extraño en una situación familiar, creando así una sensación de incomodidad o misterio. En el caso de Daily Ritual algo tan simple como un cuerpo boca abajo y en “The 4th Wall” un niño dibujando un cubo a su alrededor que, desde otra perspectiva, dejaría de tener sentido.
Habéis girado junto a Bad Religion, NOFX, Satanic Surfers, Suicidal Tendencies, Sick Of It all… ¿Pensáis que ya lo habéis logrado todo en la escena punk rock?
Hemos vivido mil y una aventuras acompañando a bandas que literalmente nos han inspirado a ser músicos. Aun así, uno de nuestros objetivos es crear nuestro propio camino y para ello es crucial seguir haciendo giras como cabezas de cartel y tocar en festivales de todos los estilos. Seguiremos girando con estas bandas, por supuesto; sin embargo, nuestro foco ahora está puesto en disfrutar y dar rienda suelta a nuestra creatividad, así como propagar nuestra nueva música a los cuatro vientos.
También habéis tocado en un festival como el Resurrection Fest. A nivel personal, creo que el rock y el punk rock pertenecen a los clubes, que es donde nacieron. ¿Cuál es vuestra opinión?
Los festivales son una forma genial de darse a conocer como banda y llegar a un público mucho más amplio. Pero, como decía más arriba, es imprescindible tocar en salas, como banda nos permite acercarnos más a nuestros fans y ofrecerles una experiencia mucho más personal que en los grandes escenarios. Y como público, personalmente no hay nada que me haga disfrutar más que un concierto en sala. Algunos de los conciertos de los que tengo mejores recuerdos han sido en salas de ciento cincuenta personas, apilados unos encima de otros y sintiéndome parte de una bonita comunidad.
Texto: Xavi Martínez