Encuentros

Eh, Mertxe!, “el éxito es poder seguir haciendo música, y estar satisfechos con lo que hacemos”.  

Había ganas, pero por fin llega el primer largo de Eh, Mertxe! Un trabajo titulado Lo sabes bien y con el que la banda alavesa ha conseguido transmitir en disco toda la energía que, habitualmente, despliegan encima del escenario. Este nuevo trabajo ha sido grabado en Bilbao, en los estudios Silver Recordings de Martín Guevara, y supone un enorme paso adelante para una de las bandas clave en el futuro del punk rock estatal.

 

Lo sabes bien, un disco largo, por fin. Supongo que también se habrá alargado el proceso a causa de la pandemia ¿no?

En diciembre de 2019 parábamos de tocar y terminábamos en Helldorado, hasta donde pusimos un autobús para los fans que se llenó. Era como una despedida del directo durante un tiempo, pensando que nos íbamos a poner a preparar las canciones nuevas… Íbamos a grabar en marzo del 2020, cuando todo se va al garete; se van retrasando las cosas hasta que, dos años después, acordamos una fecha con Martín para grabar, ya con la situación que nos gusta: sin mascarillas, sin limitaciones…

¿Cambió mucho el disco en esos dos años?

Yo creo que nos vino bien meditar ese disco, de alguna manera, para no precipitarnos, y lo mejor que se puede decir es que las canciones no han perdido la frescura en ese tiempo. Pero estoy seguro de que, si hubiéramos grabado en 2020, no habría salido el mismo disco, habría sido algo muy diferente.

… ¿En qué sentido habría sido diferente?

El disco ha cambiado en estructuras y, sobre todo, ha cambiado mucho en saber a qué queremos sonar y encontrarnos un poco. La pandemia nos puso en la tesitura de seguir o no seguir con la banda, y decidir tirar hacia adelante fue un chute de energía muy fuerte que nos hizo afrontar el disco con muchísimas ganas.

En 2020 íbamos en una deriva rara, íbamos a grabar, pero un poco forzados, y, en cambio, ahora ya era como “vamos a por todas, a hacer un disco con el que nos quedemos a gusto de verdad”. También buscábamos un sonido que fuera fiel a lo que éramos en vivo y así ha sido: grabado todo en directo y en tres días. Han sido todo casualidades que pienso que eran necesarias, porque para nosotros, el éxito es poder seguir haciendo música, y estar satisfechos con lo que hacemos.

Como decíamos antes, primer largo en seis años que lleva la banda funcionando. ¿Se ha notado todo este tiempo tocando juntos a la hora de grabar?

Lo que notábamos cuando íbamos a grabar es que se nos hacía muy frío. Nosotros somos amigos de toda la vida y llevamos muchísimos años juntos, y en el estudio no se creaba esa magia, veíamos que algo fallaba… tenemos la ventaja de estar tocando con nuestros mejores amigos, eso es una gozada, y ahí se crea una energía que se ve en el directo y que tenía que estar en la grabación, porque era un privilegio que teníamos; ahora es cuando, por fin, hemos conseguido transmitir eso en la grabación, y por eso estamos tan contentos con el resultado del disco.

Siempre habéis sido una banda de directos potentes y antes me contabas cómo se volcó la gente con vuestro último bolo antes del parón ¿Notabais que los fans estaban ya expectantes y con ganas de escuchar temas nuevos de Eh, Mertxe!?

Sí, e incluso bandas con las que tocábamos nos decían que ya era el momento. Lo que mucha gente nos decía es que notaban que lo que teníamos grabado y lo que luego sonaba en directo no tenía nada que ver, por todo lo que te contaba anteriormente de cómo nos sentíamos en el estudio. Así que, todo eran señales que indicaban que ya era hora de hacerlo. Además, también creo que ya había ganas de que nuestro trabajo estuviera en un elepé. Ha sido un proceso largo, pero muy bonito y, musicalmente, pienso que es lo mejor que hemos hecho.

¿Era innegociable que este primer disco largo estuviera editado en vinilo?

Ese era nuestro sueño, pero luego te ves haciendo cuentas y, además, no sabíamos cómo funcionaba este mundo, a quién había que mandarlo… por suerte, FOLC Records nos dijo que nos editaría en vinilo. Eso ya fue una sensación de “misión cumplida” y una felicidad absoluta porque, para nosotros, son un referente. Nuestra música tenía que estar en vinilo y así lo queríamos, pero no habría sido posible sin ellos porque, además, nos han dado todas las facilidades. También hay que destacar la ayuda de Discos Invertebrados, de Logroño, que se sumaron al carro desde el principio y han ayudado a que saliera este trabajo.

¿Y por qué elegisteis a Martín (Capsula) para la producción?

Yo con Martín hablo en 2019 para ver qué podíamos hacer, y ya me empieza a hablar de diferentes referencias musicales, como MC5, Hellacopters, Radio Birdman, Iggy Pop… unos nombres clave de a qué deberíamos sonar; ahí ya veo que él, sin yo explicarle nada, sabe perfectamente cuál era el camino que queríamos seguir.

Entonces, nos damos cuenta de que teníamos al alcance de la mano, en Bilbao, un estudio con un pedazo de productor, músico y persona que sabía perfectamente lo que teníamos que hacer. Eso nos daba muchísima confianza y, cuando por fin, estamos con él, lo que recibimos es una profesionalidad total, emocionalmente es tan inteligente que va encontrando qué hacer con cada persona para sacar el 100% de todos.

Nos decía que podía hacer de productor, o simplemente, limitarse a grabar y, obviamente, elegimos lo primero. Desde el principio, se involucra absolutamente en el disco y hemos aprendido muchísimo con él. A veces, se te hace raro que, gente con esa calidad y esa carrera, sean tan humildes. Así que, aprender de él y tenerlo cerca ha sido una gozada y una suerte que había que aprovechar.

 

Algunas de esas referencias que os marcaba Martín y muchas otras aparecen en la portada y la contraportada del disco. ¿Era, de alguna manera, una declaración de intenciones de hacia dónde iba a ir el sonido del disco?

Son discos que nos han acompañado en esta vida y en el disco queríamos dejar claro que somos Eh, Mertxe!, y que no estamos innovando en nada, pero el testigo que cogemos es la actitud, la energía y las ganas que tenemos de seguir haciendo rock and roll. Con esas referencias, lo que queríamos dejar claro es lo que nos gusta y que quien cogiera el vinilo dijera “ya sé a qué va a sonar, y lo quiero”. Al final, nosotros podemos tener carencias en cuanto a técnica, porque hay virtuosismos que se nos escapan, pero nos hacemos fuertes en el directo, y eso es lo que hemos potenciado en la grabación. Lo que suena es lo que ves, y lo que queríamos es que fuera el sonido autentico que luego vas a escuchar en directo.

En cuanto a las letras, hay un poco de todo, pero siempre con temas muy pegados a una realidad, que cualquiera puede entender…

Lo que intentamos cantar siempre son historias reales. Son canciones directas que cada uno las puede interpretar a su manera, e historias que entendíamos que tenían que ser contadas. «La vid», por ejemplo, habla del esclavismo en el campo riojano, queríamos denunciar eso porque son cosas que sabemos a ciencia cierta que existen, porque vemos mucha gente en situaciones precarias y que lo está pasando muy mal. Pero también hay calle, hay fiesta, hay una despedida, otras que son de cachondeo y más irónicas, como la de «27»… canciones directas en castellano, euskara e inglés, porque no nos cerramos a nada, lo hacemos como sale, intentando siempre mantenernos muy puros en lo que queremos decir.

Precisamente, me hablabas de «La vid» que, junto a «Oh señora», suponen un contrapunto musical al estilo general del disco…

Esas dos canciones se salen un poco del género que se puede escuchar en el disco, pero son dos estilos que también nos representan y por eso tenían que estar. Además, creo que la obra tiene un equilibrio que te va llevando a poder escuchar esos dos temas de una manera natural. Al sonido que vamos buscando se puede llegar por varios caminos, pero el rock and roll es la base, aunque haya algunas ramitas que se escapan un poco y que se van encauzando.

De hecho, había algunas canciones más “punk rock escandinavo” que, finalmente, descartamos porque pensamos que ya habíamos cubierto esa parte tan dura y que, en el disco, teníamos que llegar a otro tipo de energías y sensaciones para conseguir un concepto más global.

 

Texto: Sergio Iglesias

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