Encuentros

La Habitación Roja, 25 años de canciones

 

El próximo 5 de noviembre el grupo valenciano La Habitación Roja actuará en la sala Apolo de Barcelona con motivo de su 25 aniversario; concierto tenía que haberse celebrado hace dos años, pero que la maldita pandemia obligó a aplazar. Ahora vuelven con más ganas e ilusión que nunca. Para hablar de la actuación y lo que supone estar más de 25 años en la carretera, charlamos con su cantante y guitarra, Jorge Martí.

 

Celebráis vuestro 25 aniversario como banda, con un concierto muy especial en Barcelona, concretamente en la sala Apolo el próximo 5 de noviembre. ¿Cómo enfocáis esta actuación, con tanto que decir a vuestras espaldas?

Lo que más nos gusta es la idea de volver a Barcelona, una ciudad que no visitamos desde hace más de tres años, y encima para tocar en una sala como es Apolo. Para nosotros poder estar tiempo revisitando nuestros temas de siempre, a la vez que presentando los nuevos, es una combinación que nos encanta, ya que nos permite expresarnos mejor como grupo. La gente que viene a verte traba contigo una complicidad inmediata, conoce tus canciones, lo que nos obliga a nosotros, a su vez, a que haya grandes dosis de actualidad, que los últimos discos estén muy presentes, recuperando alguna canción que hace tiempo dejamos atrás. En definitiva, complacer al público que viene a verte.

¿Más de dos décadas de música implica tener que pensar mucho que vais a tocar en un concierto?

 Un grupo siempre tiene afinidad con lo último que ha compuesto, ya que es lo que más cercano a tu momento personal y profesional actual. Luego el paso del tiempo pone a cada disco y canción en su lugar, los vas valorando más en su justa medida, lo que te permite incorporar y retirar temas con mayor criterio, pero sabiendo que siempre van haber algunas que nunca vas a dejar de tocar. Al final las canciones son tu legado, y siempre que tocamos “Ayer” o “Indestructibles”, es muy importante saber que el público va establecer contigo una química única, porque es precisamente la gente la que hace que algunas canciones sean hits para siempre.

Más de 25 años desde la publicación de vuestra primera maqueta, Play pop Vol 1, o vuestro primer álbum homónimo en 1998, ¿habéis variado mucho la manera de componer, de trabajarlas canciones, los álbumes?

 En esencia hay una serie de mecanismos que se repiten, como puede ser la querencia por unas buenas melodías pop, bases rítmicas contundentes, el tipo de letras naturalmente. El paso del tiempo más que cambiar hábitos, te permite perfeccionarlos, variar la producción y abordar cada disco con una premisa distinta. Grabamos nuestro último disco, Años luz II, llegando al estudio sin un solo ensayo previo, levantando las canciones desde cero. En al anterior, Años luz I, con la producción de Paco Loco, grabamos las siete primeras canciones después de unas sesiones de ensayo previas que hicimos en el Náutico en Pontevedra. Hemos pasado, por tanto, por varias fases, unas en las que hemos priorizado ensayos y directos, otras en las que los discos han sido más preciosistas, pero con denominadores comunes. Las influencias de las melodías pop, desde The Beatles hasta hoy, la personalidad de las guitarras de Pau, la base rítmica de Marc y Jose y mis letras, son una continuidad siempre.

Antes has sacado a colación el tema tan importante de las influencias, de donde viene uno, en definitiva, The Beatles, el postpunk, la New Wave, REM. ¿Esas influencias siguen estando presentes cada vez que componéis, u os encerráis un estudio de grabación?

La música que te marca cuando eres un adolescente, REM a los que ya has citado, The Cure, The Smiths, Radio Futura, La Dama se Esconde, son los fundamentos sobre los que has creado tu música. Pero además en nuestro caso, hemos sido permeables a todo lo que sucedía a nuestro alrededor, para una vez pasarlo por tu tamiz, hacerlo tuyo. No somos un grupo que nos guste sonar a otros, de hecho, si sucede alguna vez lo descartamos, porque al final lo importante es buscar tu propio camino, y después de 27 años y 13 álbumes sonamos a nosotros mismos. Hay que escuchar mucha música, comprar muchos discos, ir a conciertos, aprender a tocar un instrumento, ensayar, tocar y grabar.

Hay un debate encima de la mesa sobre el presente del rock and roll como fenómeno generacional. ¿Crees que aún tiene suficiente fuerza o puede verse sobrepasado por otras músicas populares?

Son debates más pronto estériles, de hecho, yo hago una analogía con lo que sucede con el fútbol, por ejemplo. Hay algunos interesados en decir que los jóvenes no muestran el mismo interés por el fútbol que antes, pero después eso no es así en realidad. Yo creo que el rock es un género, una forma de hacer las cosas, aunque no sea el género musical por antonomasia y tenga que convivir con otros géneros que están teniendo su momento en la actualidad. Igual el rock ya no es el futbol, sino más bien el voleibol, que igual no tiene tanto seguimiento, pero sigue gustando a mucha gente. Tal vez tenga algo que ver con que se tambalea la hegemonía cultural anglosajona.

Un mestizaje, en definitiva….

Claro, porque en el fondo no hay género bueno o malo, sino canciones que te lleguen, te emocionen, te sacudan, en definitiva, y eso se puede conseguir con una canción de reggaetón o de cualquier otro estilo. Rosalía, por ejemplo, ha hecho dos discos seguidos que son conmovedores, a la vez que rupturistas en muchos sentidos, pero la gente se mete en polémicas sobre si lleva o no músicos en sus giras, cuando lo importante es su música.

Con ese objetivo de llegar, de comunicar a través de vuestras canciones, ¿tuvisteis dudas de con que lengua queríais expresaros, en un momento en el que inglés era utilizado por bandas como Australian Blonde?

 Aunque al principio tuvimos canciones en inglés, cuando íbamos a grabar nuestro primer trabajo, teníamos claro que lo íbamos a hacer en castellano, porque en mi caso como letrista era en castellano como me sentía más cómodo, no tanto por no querer hacerlo en inglés, sino porque es la lengua en la que pienso y me comunico.

Con 13 álbumes a vuestras espaldas, ¿ha habido alguno que haya supuesto un antes y un después para vosotros como banda?

Realmente no porque hemos sido siempre un grupo en continuo crecimiento, desarrollo y aprendizaje, cuestionándonos todo desde el principio para poder seguir avanzando. Ha sido un proceso paulatino, en el que, si echas la vista atrás, te das cuenta del camino recorrido, porque sobre la marcha no éramos consciente de ello. Todo en La Habitación Roja ha sido muy trabajado y muy progresivo a la vez, ya que nunca hemos estado con grandes compañías y ha tenido que prevalecer el esfuerzo y el talento, como demuestran esos 13 discos. Aunque ha habido curvas en el camino, como cuando hicimos Largometraje, donde muchos de los que nos habían apoyado nos dieron la espalda en ese momento. A veces un sector del público no quiere que te alejes de aquello que le ha gustado.

Uno de los aspectos que más simpatías ha despertado hacia LHR, ha sido el nunca haber escondido vuestro compromiso social, vuestras ideas políticas, lo cual además ha aparecido en algunas de vuestras canciones. ¿Por qué crees que eso en España no es algo muy común, a diferencia de los EEUU o sobre todo el pop británico?

Creo que España es un país muy polarizado, inmaduro a veces en algunos aspectos, donde se trata la política de una manera exacerbada, un país partido en dos de manera recurrente. Pero a nosotros eso no nos ha impedido mojarnos cuando nos han preguntado, aunque nos hayamos expuesto, cosa que muchas veces no es algo que guste, pero somos personas que nos hemos rebelado contra las injusticias, ya desde la época del colegio. Así que hacerlo como grupo ha sido algo normal y coherente, ya que antes que músicos somos ciudadanos.

Finalmente, ¿significa algo especial para vosotros volver a tocar en Barcelona, después de todo este tiempo?

Sí, para nosotros es muy importante volver a Barcelona. Es una ciudad a la que no hemos ido tanto como nos hubiera gustado, por motivos coyunturales en los que el centralismo también se ha dejado sentir en la música. Hemos ido más a Madrid y desgraciadamente Barcelona no la hemos trabajado igual, eso que paradójicamente yo vivía en Barcelona cuando tuve la idea de formar el grupo, a la vez que asistía a conciertos que marcaron mi educación musical. Pero lo cierto es que en la práctica, nuestro primer sello tenía poca relación con los medios catalanes, lo cual no ayudaba tampoco. Así que nos hace espacial ilusión tocar en la sala Apolo, ya que se trata de una nuestras salas de concierto preferidas, lo que demuestra que forma parte de una decisión meditada el ir a tocar allí mismo. Esperamos que sea un concierto muy especial para nosotros y el público.

Texto: Amadeu Sanchís

 

 

        

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