Encuentros

La Gran Esperanza Blanca, ¡¡Everybody must get stoned!!

Foto: María José Jarauta

No deberían necesitar presentación. Al fin y al cabo, La Gran Esperanza Blanca lleva desde 1986 –con intermitencias, eso sí- destilando la versión en castellano de la música eminentemente americana, algo en lo que nadie les puede negar que fueron pioneros. Desde que, haciendo el servicio militar en Mallorca, su cantante e ideólogo Francisco García (Cisco Fran) se juntara con el guitarrista Federico Segarra (Spagnolo Ferocce) para tocar, la vida adquirió otro sentido. Al poco se juntaron al bajo José Luís Villanova (Chiti Chítez) y Jesús Almenara (Chuso Al), dando por cerrada la formación que aún hoy, 35 años después y tras idas y venidas de unos y otros, se mantiene intacta. Todo un motivo de celebración que ellos asumen mediante la edición de un disco en vinilo que incluye canciones nuevas y no tan nuevas, a modo de radiografía de lo que han sido y todavía mantienen, con excelente salud, por cierto. Hablamos de todo ello con el siempre entrañable y auténtico Cisco Fran.

Vuestro nuevo disco es un recopilatorio se titula “La Gran Esperanza Blanca #12 & 35”, en referencia al número de canciones y al número de años de existencia que celebra la banda, pero también hacer referencia a una canción de Dylan ¿Toda una declaración de intenciones, no?

Esta es una casualidad de esas que uno denomina como afortunada. Supongo que habrá mucha gente a la que no le digan nada esos guarismos, pero allá ellos. Everybody must get stoned.

El disco, aunque celebra 35 años de existencia, se centra en vuestra producción discográfica a partir de 2002 hasta nuestros días, del disco Harry Dean a Alice Maravilla ¿Por qué algo tan delimitado?

En 1998 editamos “Medicine Show”, una colección de 21 temas que recogía casi en su totalidad nuestro primer LP y un puñado de canciones grabadas entre 1994 y 1996. Ese disco reunía, por tanto, lo más granado de nuestra producción primeriza. El siguiente disco se editó en 2002 (“Harry Dean”) y por eso es ahí donde arranca el nuevo disco.

Foto: Víctor García (VicPamNox)

Y decimos recopilatorio, pero os habéis preocupado de tener algo nuevo que ofrecer. Habéis grabado nada menos que cuatro canciones nuevas ¿Qué nos puedes contar de ellas?

No queríamos incluir solo canciones ya editadas. Deseábamos que el disco tuviera  entidad en sí mismo. Las nuevas canciones grabadas le otorgan esa cualidad. Los aficionados que no nos conozcan demasiado tienen una buena muestra de nuestros mejores discos, y los más versados en nuestro canon disponen de cuatro cortes nuevos para seguir disfrutando.

¿Qué queda de aquellos chavales valencianos que debutaron -por circunstancias- en Palma de Mallorca en el 86? ¿Os acordáis de ellos?

En lo esencial no hemos cambiado. Obviamente hemos perdido ingenuidad, pero día a día hemos ganado una autenticidad que no es cosa fácil. Sabemos quiénes éramos, por eso sabemos quiénes somos.

Además de vuestra longevidad, uno de vuestros méritos es haber mantenido una formación casi intacta a través de muchos años, tan sólo malograda por la desaparición de “Fiddler” Paul, a quien dedicáis este álbum ¿Cómo se consigue algo así?

El puesto de bajista estuvo durante más de 20 años pasando de mano en mano, hasta que Chiti Chitez volvió a la banda. Si soslayamos ese hecho, creo que hemos seguido juntos porque somos buenos amigos, tenemos buen carácter y no hemos ganado ni un duro con la música, lo cual evita muchos problemas.

Es curioso que, al contrario de lo que suele pasar con este tipo de recopilatorios, hayáis sido escuetos en el número de clásicos que incluye, que encima deben competir con algunas nuevas canciones ¿Habéis buscado así obtener la suficiente coherencia como para que este pueda considerarse un nuevo álbum de la banda compuesto por material nuevo y viejo?

La idea era que si alguien, desconocedor de nuestra música, se acercaba al disco tuviera un buen puñado de canciones representativas tanto del pasado más reciente de la banda como de su momento actual. Desde ese punto de vista es acertado verlo como un disco nuevo del grupo.

Aunque siempre os habéis mantenido en un contexto más bien underground y centrado sobre todo en la ciudad de València, lo que no se os puede negar, incluso a nivel nacional, es haber sido pioneros en unas cuantas cosas, por ejemplo en hacer música eminentemente americana en lengua castellana y adaptar a esa lengua a Dylan en repetidas ocasiones ¿Sentís que se os debe un reconocimiento superior al recibido?

Voy a contarte algo. Cuando apareció en la escena musical nacional Arizona Baby hubo una gran conmoción en los medios musicales nacionales. Sobre todo en Radio 3, altavoz privilegiado para cualquiera que desee estar presente en la escena nacional. Si quitamos la pelambrera que exhibían ¿qué aportaban? Te lo diré. Nada. Su mérito fue tener al manager adecuado y caer en gracia, ser de cerca de Madrid, pero no de Madrid, lo cual funcionaba perfectamente como coartada para que los medios de la capital pudieran apoyarlos sin que ese nepotismo ciudadano del que han hecho gala tantas décadas les manchara. En el verano de 1986 nosotros grabamos una maqueta de tres temas que ya mostraban ese camino de forma inequívoca. Arizona Baby sacó su primer disco en 2005 y logró el éxito nacional en 2009. Creo que está claro. Arizona Baby no valían la pena en solitario y tuvieron que unirse a otra banda para seguir en el candelero.  En los medios nacionales hay mucho sordo engreído. Con esto creo que respondo a la pregunta, ¿no?

Una cosa que llama la atención en vuestra trayectoria es el nutrido número de músicos valencianos que han colaborado en vuestros discos. Desde la perspectiva de los 35 años que os contemplan ¿Qué destacáis de la -demasiado desconocida aún- escena valenciana? ¿Qué diferencias encontráis entre la que había en los ochenta y la de ahora?

La escena valenciana será desconocida mientras no se traslade a Madrid o a Barcelona (si canta en valenciano). Pero eso no importa. Lo que debería ocurrir es que la gente de aquí que gusta de escuchar música, comprarla y asistir a conciertos no tendría que dar la espalda a los músicos valencianos. Desgraciadamente, también hay mucha tontería entre el público y alucinan con Manel pero no conocen a Ona nua o a Néstor Mir.

La escena actual es mucho más permeable que en los 80. Entonces todo funcionaba más por tribus musicales, yo ahora veo mentes abiertas entre los músicos que colaboran unos con otros y todos arriman el hombro para elevar la calidad de las propuestas musicales. Ahora solo hay dos tribus: los indies y todos los demás.

Por supuesto, ahora que se puede, se impone una adecuada celebración en directo de vuestro aniversario ¿Qué tenéis preparado?

El 17 de junio en 16 Toneladas (Valencia) daremos un concierto para presentar el nuevo disco y desgranaremos un buen puñado de nuestras nuevas canciones.

Y el disco, por supuesto, creo que es vuestra primera incursión en el vinilo en bastante tiempo ¿Teníais ganas de volver a este formato? Imagino que formará parte de la solemnidad del aniversario y además cuenta con una portada muy bonita.

Nosotros somos muy veteranos y cuando empezamos solo editábamos vinilo. Nuestra discografía arrancó con 3 EP’s de vinilo, a los que siguió nuestro primer LP, en vinilo: “Hay folk, blues y también rock’n’roll”. A partir de ahí ya solo editamos CD’s, hasta este nuevo disco que se edita en ambos formatos.

La canción que cierra el disco, “Columbia, 20 de julio”, es una especie de road-movie, pero yo no puedo evitar ver en los versos iniciales (“Sin saber qué hacer he salido hoy de viaje conduzco siguiendo una intuición”) una especie de metáfora del impulso que os ayuda a seguir adelante como banda, una mezcla de entusiasmo, inconsciencia y pura intuición ¿Estáis de acuerdo?

Está muy bien traída esa referencia. En esencia es como dices. El goce de hacer música con tus amigos, lograr pequeños hitos como editar discos o tocar en ciertos lugares, intentar dejar un rastro distinguible en la escena musical, todo eso suma a la hora de querer seguir en este tren del rock’n’roll sin bajarnos de él. La intuición es una buena guía, no suele engañarnos.

Para terminar, siempre hago lo mismo: me gustaría que, lejos de citar tus (o vuestros) discos favoritos, o influencias, seleccionéis de 5 a 10 discos que os han marcado en vuestra trayectoria y os han ayudado a llegar al punto en que estáis ahora. ¿Os atrevéis?

Cisco Fran: “Desire” de Bob Dylan y “Rust never sleeps” de Neil Young

Spagnolo Ferocce: “American Stranger” de Happy Traum y “Somewhere between Heaven and Hell” de Social Distortion

Chuso Al: “London Calling” de The Clash y “Matrícula de honor” de Tequila

Chiti Chitez: “Machine Head” de Deep Purple y “Rubber Soul” de The Beatles

 

Texto: Juanjo Frontera

 

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