Leon Bridges regresa con Gold-Diggers Sound, un álbum en el que deja atrás su sonido original para adentrarse en el moderno rhythm and blues de Los Angeles.
El artista texano vuelve con un cambio que se percibe trascendental en su carrera como músico. Atrás queda el estilo vintage de sus discos: no hay soul como el de Ottis Redding entre sus canciones, ni un funk desgarbado entre el panorama sonoro de «Gold-Diggers Sound» (Sony Music). En esta nueva etapa, Bridges desencadena su salto hacia lo moderno, entendido esto aquí como un viaje hacia el actual ritmo afroamericano del mainstream. Es un golpe de efecto que quizás desconcierte a sus fans más acérrimos, pero que, a su vez, puede terminar por guardarle un ansiado asiento en el promontorio de la cultura negra norteamericana.
Tus tres álbumes muestran un estilo distinto entre todos ellos. ¿Cuál crees que es el sello sonoro que los une?
Cada álbum es un reflejo de dónde estaba en ese momento, creativamente hablando. Creo que el nuevo álbum, Gold-Diggers Sound, es uno de los más honestos en relación a mi persona. Pude tomar aspectos de los dos primeros discos, mezclarlos de alguna manera, e incorporarlos a este nuevo álbum.
¿Crees que esta versión moderna del rhythm and blues tiene algo que ver con el miedo a quedarse encasillado como un artista vintage?
Creo que parte de un montón de cosas. Me di cuenta al principio de mi carrera que si iba a hacer música vintage para el resto de mi carrera quedaría estancado completamente, ¡y quería más! Se terminó volviendo aburrido el hecho de crear el mismo tipo de música constantemente. Quería desafiarme no solo a mi mismo, sino también a los oyentes. Pero incluso aunque me desvíe un poco de ese estilo, al final mi música no deja de pertenecer a la música negra, a la cultura negra.
Hablando de eso, a veces has sido criticado porque tu música y tu audiencia no eran lo suficientemente negras. ¿Crees que el empoderamiento reside en el hecho de ser un artista negro y hacer lo que te dé la gana?
Me parece que lo que explica esa falta de gente negra que me apoye —aunque ahora diría que esa base está creciendo— tiene mucho que ver con que la cultura negra esté evolucionando musicalmente. Ahora mismo, el hip-hop y el rap es lo más dominante y alguien que se dedica a otros géneros, como es mi caso, tiene mucho más difícil ganar la atención de la gente.
Aún así, tú lanzaste la canción «Sweeter» el año pasado, tras la muerte de George Floyd. ¿Crees que los artistas tienen la obligación o la responsabilidad de adentrarse en lo político?
Bueno, la gente mira a los artistas con una plataforma y esperan que seamos la voz del movimiento. Esa es una presión que está ahí: si no dices algo acerca del tema, parece que no te interesa o no te importa. Por suerte, creo que llegué ahí de una forma orgánica con esa canción. Llevaba mucho tiempo esperando un momento idóneo para sacarla, y creo que ese terminó siendo un momento perfecto.
Gold-Diggers Sound es un hotel donde te alojaste. ¿Fue el lugar una influencia tan grande como parece?
Desde luego, creo que el hotel, el bar, el estudio… tenían algo realmente bello estéticamente. Y luego estaba el hecho de vivir, dormir y crear en un mismo sitio. La experiencia allí dentro fue muy importante para mi.
Respecto a tus letras, ¿cómo sientes la enorme evolución en todos estos años?
«Coming Home» hablaba mucho de mi familia, su historia, mi fe en Dios… y eso refleja cómo era yo entonces. Creo que este es un álbum más maduro: más sexy, algo más oscuro en los tonos musicales.
¿Perdiste tu influencia texana?
Diría que ha habido matices de Texas porque, claro, nací y crecí allí. Pero este nuevo álbum, al fin y al cabo, creo que se acerca más a ese estilo de rhythm and blues que uno asociaría con Los Angeles.
¿Por qué ha evolucionado Leon Bridges de esta forma a lo largo de los años?
Bueno, creo que he podido crecer con un mejor sentido de quién soy. En este instante de mi vida creo que estoy completamente focalizado en hacer la música que resuena dentro de mi, sin importar los límites de lo que la gente quiere o espera.
Entonces, como un artista, ¿la clave de todo es ser honesto contigo mismo y tu estilo?
Creo que es importante, sí, y es maravilloso cuando tienes el espacio para hacer eso, ¿sabes? Algunos artistas tienen conflictos consigo mismos, con sus sellos discográficos o incluso con la percepción de otras personas. Pero yo tengo suficiente espacio para expresarme libremente en ese sentido.
Tuviste ciertos problemas depresivos, ¿crees que fue por la presión de quién querías ser después del primer disco?
Fue más relacionado con inseguridades, creo. Si coges a una persona insegura y le pones en el frente, puede resultar algo muy duro. Y para mi lo fue. Experimentar y tener que navegar por esa nueva vida que había logrado… es difícil. Ahora, por suerte, tengo una mayor fortaleza mental y es algo de lo que he podido hablar en Gold-Diggers Sound.
Pareces impredecible, ¿en qué dirección crees que te moverás tras este álbum?
¡Históricamente he sido impredecible! Y creo que es algo bueno. Gold-Diggers Sound, por ejemplo, tiene una dirección sólida, por así decir, pero tampoco creo que sea indicativo de cómo sonaré en el futuro. Creo que voy a terminar por sonar, de nuevo, diferente a los tres álbumes.
¡Siempre buscas el desafío!
¡Desde luego! Hay tanta música que quiero hacer que no puedo permitir que el rhythm and blues, el soul… o cualquier género, me defina. Manteneos sintonizados y veréis más música hecha con otro traje, sí, pero sobre todo con integridad.
Texto: Pelayo de las Heras
Fotos: Boyle