Encuentros

Hamilton Leithauser, renovada (y enérgica) travesía en solitario

 

 

El cantante norteamericano, antiguo frontman de The Walkmen, vuelve con su tercer álbum en solitario, “The Loves Of Your Life”. Tras su álbum colaborativo con Rostam Batmanglij [Vampire Weekend] regresa, en esta ocasión, a su original estilo indie-rock en lo que, ante todo, se perfila como la segunda venida de un artista con más confianza que nunca: Hamilton Leithauser llega, enérgico, para volver a reivindicar su figura.

Creo que hay una evolución evidente entre tu primer álbum en solitario y este último. ¿Crees que estás desplazándote de tu inicial estilo chamber-pop?

Cuando hice mi primer album en solitario era muy consciente de intentar no sonar como The Walkmen. Lo conseguí y, de hecho, fui muy feliz de haber sido capaz de escapar de ese sonido, pero desde entonces, al deshacerme de esa preocupación que antes cubría toda la composición, se hizo mucho más fácil el hecho de poder avanzar y desarrollar mucho más mi propio sonido. Actualmente no pienso mucho acerca de esto porque lo cierto es que estoy bastante satisfecho en ese sentido. Ahora toco y grabo todos los instrumentos que tengo, y creo que es un proceso con el que podría continuar muchísimo tiempo. Solo imaginar cierta longevidad para mi dentro de la industria musical. Lo demás, va y viene.

¿Es posible que el eclecticismo en tu álbum colaborativo con Rostam Batmanglij crease un punto de inflexión? Como tú mismo dijiste, con él pudiste crear música de estilos muy diferentes que, sin embargo, siempre te habían atraído.

Sin ninguna duda. Antes de hacer ese disco solo había escrito y grabado álbumes en grupos. Había compuesto varias canciones de The Walkmen, pero era la dinámica de grupo la que al final envolvía todo. Desde que trabajé con Rostam [Batmanglij], empecé a entender cómo la gente puede trabajar de forma individual, completamente sola, creando música y letras en una habitación pequeña. A veces suena como algo sencillo, pero la dificultad, sin ninguna duda, estriba en capturar algún tipo de energía espontánea, porque cuando te encuentras solo puedes crear una especie de visión de túnel, con un comportamiento obsesivo que, francamente, puede ser una pérdida de tiempo y energía. La parte más difícil, a falta de una palabra mejor, es la de mantener “vivo” ese sonido.

Este último álbum parece encontrarse dentro del espectro indie-rock. ¿Por qué ese género en particular y no otro, como el Americana? También tenéis muchos sonidos folk.

La verdad es que no me centré en ningún género en particular, tan solo toqué lo que pude tocar, quedándome lo que más me gustaba. Sin embargo, sí que siento como si tuviese raíces en este núcleo rock que está dentro de toda la música que hago… o quizás es impresión mía, no lo sé. Es la primera vez que las utilizo pero sí que me gustó, desde luego, el uso de cajas de ritmos.

Siempre has estado rodeado de grandes artistas, como Paul Maroon o el propio Rostam Batmanglij. ¿Cómo cambió eso en “The Loves Of Your Life”?

Bueno, en “The Loves Of Your Life” me pasé la mayor parte del tiempo solo, pero cinco de las canciones del álbum empiezan con partes instrumentales que Paul Maroon me envió durante los últimos… guau, durante los últimos diez años. Paul es un músico increíble, es capaz de hacer una música instrumental muy buena y de vez en cuando me manda piezas con las que cree que puedo cantar. La primera pieza suya que pude usar acabó convirtiéndose en “The Old King” y la segunda “Cross-Sound Ferry”. Pero incluso con esas canciones tardé mucho tiempo en encontrar un sonido y una instrumentación que encajase, así como un tema lírico y la propia forma adecuada de cantarlo.

“The Loves Of Your Life” parece, en ocasiones, casi como un álbum exploratorio, como si no supieses qué camino tomar.

Desde luego, esa es la parte más difícil de trabajar tú solo: tienes que saber dónde comenzar, cuándo parar, qué perseguir y cuándo dejarlo. No hay nadie con quien lo puedas hablar o discutir, nadie a quien puedas acudir para conseguir apoyo o alguna clase de validación. En ese sentido, hay tanta libertad que puede acobardar a uno. Yo, por ejemplo, puedo ser mi detractor más duro. Supongo que en cierto sentido, en determinado momento, decidí que lo que hice me gustaba y ya está.

En este nuevo álbum usas un rango de voces mucho más amplio que en “Black Hours”. En cierto sentido, me recuerda a tu trabajo en The Walkmen: más masculino, más punk.

Cantar fue la parte más dura aquí. Al estar trabajando solo encontré muy divertido tocar todos los instrumentos: piano, percusiones, bajos… cosas que no había tocado nunca en solitario. Sin embargo, cuando llegó el momento de cantar, me di cuenta de que no estaba seguro de qué era lo que quería decir; ni siquiera de la forma de decirlo, de cantarlo. Lo intenté cubrir con todo tipo de voces, pero me daba cuenta de lo falso y artificial que sonaba. Al final me aparté de todo el asunto durante nueve meses e incluso me planteé proporcionar las canciones que había hecho a otros cantantes, pero al final terminé descubriendo que lo que quería era, ante todo, otorgar a cada canción una personalidad específica; ahí fue cuando volví a encontrar la diversión que buscaba al cantar, cuando me dije: ¡lo tengo!

Siempre dices que en tus canciones hay historias de gente real, como ya explicaste a los medios con “Isabella” y “Here They Come”. ¿Cuál es la historia del álbum completo?

Cuando tenía problemas cantando y nada parecía funcionar, como ya digo, pensaba entregar estas canciones a otros artistas. Un día, sin embargo, estaba en el Cross-Sound Ferry de Long Island, Nueva York, con mi familia. Un tipo extrañísimo que había sentado en el bar, de repente, empieza una conversación conmigo mientras mis hijas y yo hacíamos cola para conseguir un snack o unos refrescos. Eran alrededor de las 09:00, y la verdad es que no le daba más importancia aparte de lo entretenido (y aburrido, también) de todo el asunto. No pensé mucho más en ello hasta días después: aquel hombre podía haber empezado a viajar en barco desde las siete de la mañana, desde Connecticut. Incluso podría llevar allí toda la noche, toda la semana, todo el mes. No creía que fuese un alcohólico ni nada parecido, ¿pero de qué huía? ¿Huía de algo, en realidad? No tenía ni idea de nada de esto, claro, pero pensé que sería bonito intentar embellecer esta historia para capturarla en una canción, junto con todos los posibles sentimientos que aquel hombre podría estar sufriendo.

También compuse otra canción, “The Stars Of Tomorrow”, acerca de otro individuo muy extraño que conocí ese mismo verano. Y, desde luego, también creé canciones inspirándome en gente que conocía, como un amigo al que me crucé apestando a alcohol por aquella época: recordé de inmediato las esquinas sombrías que siempre permanecían en las comisuras de sus sonrisas. A partir de ahí me di cuenta del concepto que buscaba, de que, a pesar de que era bastante más arriesgado, debía escribir acerca de gente que conocía personalmente.

Normalmente sueles crear la música y luego escribes las letras. ¿Cómo se aplica esto a la hora de hablar de las canciones como historias? Quiero decir, parece una forma instintiva, quizás primaria, como método de narración, ¿no?

Lo que fue realmente diferente en este álbum fue que escribí las historias de forma completamente separada de la música. De este modo, una vez que pensaba que tenía la idea completa para escribir algo, lo cantaba acompañado de la música. No funcionó nunca a la primera, claro, así que a veces cambiaba esa letra para otra canción: un tema frenético, por ejemplo, pasaba a ser una canción lenta y algo triste, y viceversa. Fue como una aproximación total a la forma de crear los temas y las personalidades de los mismos. Creo que alguna vez leí que Bruce Springsteen componía toda su música de esta forma. A mi, personalmente, me encantó trabajar así: te pone en una perspectiva completamente diferente acerca de tu propio trabajo. Es como si pudieses dar un paso atrás y ver el cuadro al completo.

Esta es la primera vez que tienes un control total en cuanto al álbum: tú produces, escribes y grabas. ¿Estamos ante tu trabajo más personal?

Bueno, voy a hacer otro álbum como éste, eso seguro. Me llevó dos años descubrir cómo hacer este, y luego otro año más para descubrir cómo disfrutar haciéndolo. ¡Ahora, desde luego, pienso sacarle kilometraje a todo esto!

 

Texto: Pelayo de las Heras Álvarez

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