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La ruta definitiva por el Londres de The Kinks / #EnRutaEnCasa

#enrutaencasa

A partir de hoy, y mientras dure la espera de tiempos mejores en casa, iremos recuperando extractos o artículos completos publicados en papel durante los últimos 35 años. Removeremos en nuestros polvorientos archivos para  buscar material clásico de todas las épocas. Esperamos que sirvan de distracción y entretenimiento, así como para refrescar la memorabilia.

MUSWELL HILLBILLIES POR UN DÍA

Aunque no haya fronteras que valgan para el riff de «You Really Got Me» o la rocambolesca historia de «Lola», The Kinks son claramente un grupo con denominación de origen londinense. Los restos arqueológicos de su legado bien merecen una visita.

Está ahí, en sus canciones. En ese sonido rompedor con el que agitaron el pop de los sesenta. En su pasión por el té de las cinco, el vodevil y la mermelada de fresa. En el jolgorio del pub del barrio y en el orgullo de la clase trabajadora. En la tradición autóctona mezclada con la fascinación por las películas de Hollywood. La esencia de The Kinks está, en definitiva, en las entrañas de esa capital inglesa en la que, hace ya cinco décadas, una joven generación sedienta de vida dio carpetazo definitivo a la postguerra desatando un torrente de arte y creatividad.

No habría Kinks sin Londres y Londres no sería lo mismo sin los Kinks. De ahí que, por ejemplo, el retrato bucólico e irresistible que Ray Davies dibujó en “Waterloo Sunset” no faltara en la inauguración de los juegos olímpicos de la ciudad del Támesis. Meses después de aquel señalado día, los enviados ruteros rastreamos y examinamos las huellas que configuraron el ADN de su banda. Éste fue el resultado de nuestra exploración:

MUSWELL HILL

En el norte de la ciudad, no muy lejos del terreno cosmopolita en el que los turistas se hacen selfies como si no hubiera un mañana, Muswell Hill parece un barrio desconectado, ajeno al frenesí que se vive a unas pocas millas de distancia. Los parques y la vegetación que lo envuelven, unidos a las reminiscencias de la sociedad inglesa de otras épocas, ayudan a dotar de carácter al lugar que marcó para siempre a Ray y Dave Davies. Mi ilustre acompañante, Don Sergio Martos, y un servidor, nos aproximamos a pie a la zona, ascendiendo por Muswell Hill Road a modo de calentamiento, mientras dejábamos atrás la globalización y los souvenirs horteras para arrimarnos a un Londres mucho más genuino, el del barrio que moldeó a los Kinks.

DENMARK TERRACE Nº 6.

El indiscutible kilómetro cero de la ruta Kink. La casa en la que crecieron los hermanos Davies, tutelados por sus padres y sus seis hermanas mayores. Aquí la familia se reunía los sábados por la noche alrededor del piano, en la habitación que daba a la parte frontal, y también aquí se produjo uno de esos momentos mágicos que cambiaron el transcurso de la historia de la música. Ray Davies tocó por primera vez el riff de “You Really Got Me” en ese piano y, en la misma estancia, Dave lo trasladó a su guitarra -distorsionada por el amplificador que previamente había rajado con una cuchilla- logrando un efecto revolucionario. Supieron que era algo especial desde el primer instante y el tiempo no tardó en darles la razón. Observando in situ la

fachada, créanme, se percibe todavía la emoción que emergió de aquel momento.

CLISSOLD ARMS

Justo enfrente del que fuera hogar de los Davies, cruzando la calle Fortis Green, encontramos este histórico pub. Aquí debutaron en público los hermanos, en 1960, cuando Dave no había cumplido ni catorce, y aquí actuaron juntos por última vez antes de disolver los Kinks, en junio de 1996. Un sofá en el exterior, tapizado con una gran foto del grupo en los sesenta, anticipa lo que encontramos en el interior. La Kinks Room, una gran sala dedicada a los héroes del vecindario, es una delicia para los fans que llegan hasta aquí desde cualquier extremo del mundo. Además, les aseguro que una pinta de cerveza sabe mejor que nunca cuando acabas de estampar tu firma en un libro de visitas repleto de referencias a los Kinks.

EL HOGAR DE RAY Y RASA

Siguiendo hacia el oeste por la propia Fortis Green, y a tan solo unos cien metros, observamos la modesta casa en la que vivió Ray Davies con su primera esposa -la joven de origen lituano Rasa Didzepetris- con quien se casó en diciembre de 1964. Bajo este techo, Ray vivió un periodo extraordinariamente prolífico e inspirado como compositor. El exterior de la vivienda no presenta ningún rasgo destacado, pero sabemos que en su interior se gestó la ya citada “Waterloo Sunset”, entre otras canciones inmortales. Qué menos que una pequeña reverencia ante tanto talento.

THE FLASK

Ubicado en Highgate -barrio contiguo a Muswell Hill- este pub es también un lugar fuertemente conectado a los Kinks. El archivo fotográfico de la gran red esta vez no engaña y demuestra que Ray ya tenía predilección por este abrevadero a principios de los setenta. A primera vista no se aprecian señales de esa conexión, pero según nos confirma una amable camarera, el mayor de los Davies sigue siendo un habitual, además de un hombre de costumbres (siempre pide Fish & Chips). El azar no nos brindó la suerte de coincidir con él, pero sí pudimos disfrutar de la estupenda terraza del pub, un auténtico refugio de paz, ideal para reponer fuerzas en días soleados mientras tarareas temas como “Sunny Afternoon”.

KONK STUDIOS

Los Kinks fundaron su propio estudio en 1972, cuando recibieron un millón de dólares de adelanto de su nueva discográfica, RCA. Desde entonces, en él grabaron todos sus álbumes, de los Preservations hasta Phobia (excepto Low Budget). Como siempre fieles a sus raíces, no se alejaron de su habitual radio de acción para establecer su nueva base de operaciones: apenas una milla al este de Muswell Hill, en Horsney. Actualmente, Konk sigue operativo y es uno de los estudios de referencia de la ciudad.

ARCHWAY TAVERN

Es el pub que vemos en la portada del álbum Muswell Hillbillies. Lamentablemente, y aunque el edificio sigue en pie, poco o nada queda en el interior que recuerde a esa imagen, por otra parte tan representativa del momento por el que pasaba el grupo y del excelente contenido musical del disco. Una pena.

SUNNY AFTERNOON. EL MUSICAL

Hay más lugares vinculados a los Kinks en la urbe, por supuesto, pero para poner el punto y final a la jornada elegimos asistir al teatro, muy cerca de Leicester Square, y disfrutar de este excelente musical dedicado a la banda de los Davies. El propio Ray es el autor del guión, basado en la historia real del grupo y en el que sus propias canciones encajan a la perfección con el hilo argumental. Los actores lo bordan y la obra ha recibido numerosos premios. A día de hoy sigue representándose de forma itinerante en Gran Bretaña, así que, si se les presenta la oportunidad, háganse un favor y no se la pierdan.

Texto: Xavier Llop

Fotos: Sergio Martos

(Texto publicado en Ruta 66, abril 2017)

One Comment

  1. Buenas tardes, querría saber si se puede acceder sin problema la sala dedicada a los kinks en CLISSOLD ARMS o es necesario reservar previamente. Muchas gracias.

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