Los Estanques es una formación que ha sorprendido desde que decidieron dar un paso adelante tras Crayo Laser, pero has sido con su tercer (y homónimo) trabajo cuando su resolutiva muestra de pop psicodélico, espíritus negros y rock macarra ha alcanzado sus más altas cotas y sería muy difícil no ver este álbum bien encaramado en lo alto de nuestra lista anual. Acaban de editar el E.P. ( Inés Moral/ Niño Soy) que no es otra cosa que los restos del naufragio que supuso el robo de todo el material informático donde iba incluido el material que conformaría su cuarto disco. Iñigo Bregel, sienta cátedra en nuestra sección y nos demuestra que solo es un infortunio y no van a parar.
Disco:
– Song Cycle de Van Dike Parks.
Ya sabemos todos que quedarse con un disco es muy complicado, pero según he visto la pregunta no he tenido que pensar mucho, claramente es el álbum que más escucho ahora y lo seguiré haciendo durante un tiempo porque hay mucho que oír aquí, cada pasada descubro algo nuevo. En esta obra el control que tiene VDP de la situación en todo momento me da miedo, y encima tenía veinticinco años, ufff. En este trabajo se junta una escritura virtuosísima, con arreglos espectaculares, con la finura de la música pop de por aquel entonces y convive a la perfección dando como resultado este álbum tan peculiar. Como era de esperar, fue un fracaso en la época y con el paso del tiempo se ha ido convirtiendo en un disco de culto. En cuanto a las letras, están escritas en prosa, para mí una sorpresa. Las cuatro primeras veces que lo escuché no entendía como una cabeza humana había podido imaginar esa música, y lo más difícil; materializarla, hacerla disco.
Canción:
– «Little Alarm Clock» de Malcolm Scarpa
Cuando empecé a escuchar a Scarpa, hace exactamente dos años y medio, entré en una especie de burbuja que no me dejaba escuchar otra cosa. Este tío me voló la cabeza, un tipo que prácticamente sin medios, con lo que tenía por casa junto con Caballero Reynaldo -otro gran personaje de la música de este país- se grabó los tres primeros trabajos. Con el tercero me siento menos identificado, pero los dos primeros me parecen dos discazos acojonantes. Cuando escuché su primer larga duración, me atreví a versionar dos temas suyos, ahora no me atrevo… (risas). Cuando me estaba sacando la letra en el balcón de mi casa me asomé a la ventana y estaba debajo, le reconocí por una foto suya que había visto en internet, el pavo flipó, subió a mi casa y me escribió la letra de las dos, yo no daba crédito, él tampoco. Es vecino mío. Si Malcolm Scarpa hubiese nacido en otro país ahora mismo estaríamos todos besando por donde pisa.
Concierto:
– Vulf Peck ( Brixton Academy, Londres)
Fue un bolazo impresionante. Lo que más me impacto fueron las ganas que tenían todos y cada uno de los miembros de la banda de comerse el mundo. Y es que esa es la actitud, los tipos lo han reventado, y no se merecen menos. Yo me tiré todo el bolo llorando de la alegría y de la tristeza que sentía. Alegría por el pedazo de música que estaba escuchando y la soltura de los monstruos que estaban sobre el escenario para llevarla a cabo y tristeza por no tener (yo) ni la mitad de ganas de comerme el mundo que ellos, pero bueno, cada día estoy más motivado.
Película
– Man On The Moon de Milos Forman y Jim y Andy de Chris Smith.
El segundo es el documental sobre la grabación del mismo largometraje. Man on the moon es un peliculón, pero la chicha está en el documental. Ahí es donde se puede ver a Jim Carrey en estado puro. No quiero desvelar mucho de toda la movida porque a mí me impacto muchísimo, sin saber muy bien de que iba todo eso, así que no quiero fastidiar la sorpresa a quien no sepa de lo que hablo. Pero si me gustaría comentar como un personaje tan excéntrico como Carrey se convierte en el actor mejor pagado del mundo fuera de este país. Esto aquí no se da, y cuando nos encontramos con algún tipo excentricidad que pueda tener cualquier personaje de este país esta bañada en una capa de mierda que se huele desde otros continentes. Porque no digo que no haya peña excéntrica aquí, pero falta esa genialidad que la haga interesante.
Libro
-¡Viven! de Piers Paul Read.
Cuando yo tenía doce años mi padre andaba todo el día con esta obra, que cuenta la experiencia en los andes de un equipo de rugby de chavales al que se les estrella el avión en mitad de los andes. Este libro, y los que vinieron detrás escritos por los protagonistas, ha dado tanto que hablar en mi familia que ha sido el primero que me ha venido a la cabeza y no me lo he pensado dos veces. Cuando tenía doce años me dejó fatal. Ahora creo que es un gran ejemplo de superación del ser humano, y más que por el libro en sí lo he elegido por el gran impacto que me marco siendo un chaval.
Texto: Vicente Merino
Foto: Oscar Lafox