Siempre es un placer reencontrarse con bandas de antaño que te gustaron o marcaron. Yo siempre fui más de los Specials, pero dentro de la movida ska del sello 2-Tone, The Selecter fueron unos de los más grandes junto a los de Jerry Dammers, Madness, Bad Manners y The Beat.

Olvidado como si de unas inoportunas paperas se tratase aquello del weird folk, vive una inesperada resurrección la vertiente tradicional, esa sobria manera expresiva que es columna vertebral de la música popular.

Escuchas ciertos pasajes del álbum y el baterista no cae donde debe, los solos de guitarra están fuera de dibujo e incluso la voz de McMahon no acaba de alcanzar el tono en algún pico.

Un par de escuchas a tres o cuatro canciones al azar de este segundo disco de los australianos Dune Rats y todas las cartas están boca arriba. Punk garajero y divertido de manual, dos acordes —recuerden, con tres ya estamos hablando de jazz—, letras que hacen que el debut de los Sex Pistols parezca el Ulises de James Joyce…

Últimamente hemos entrado en una dinámica peligrosa; hay demasiados discos de folk aburridos, algunos protagonizados por mujeres. Tanto de músicos nuevos, que ya de entrada muestran poca valentía, como de otros con su carrera enfilada, y que a falta de inspiración, basan sus discos en pasajes vacíos y sin alma porque son incapaces de escribir buenas canciones.

Todavía pendiente en esta casa el artículo que les haga justicia, los alemanes cumplen el próximo año el cuarto de siglo y se adelantan a los fastos con la publicación de su, permítanme la opinión, mejor obra.