Operando en la dimensión más cognitiva, este nuevo trabajo de Wilco se manifiesta como una globalidad creada desde la quietud. Un artefacto sólido que con su seducción mate contrasta con la vivacidad y brillo herbáceo de su predecesor, Schmilco.

Pues sí. Esto es lo que hay. Un excepcional grupo de R&B pleno de poder y repleto de diversión abocado a la autoedición. Su segundo disco es una preciosidad en vinilo de doce pulgadas. The Daltonics son la mejor fusión entre Dr. Feelgood, The Fuzztones y Siniestro Total.

Empieza el disco número 41 del león de Belfast con «March Winds in February», una melancólica y casi épica balada. Son cuatro minutos y medio en los que Van va arrastrando la voz por encima de un envolvente cojín instrumental que tiene tanto de blues como de country o de soul. Barro, madera y cielo. A esta maravilla le siguen[Leer más…]

Una cantante de folk de Nueva York lanza su primer disco: Joan Báez. Así, simplemente ella. Sin aditivos, así es la música de una mujer que se presentó en la escena musical de la época un año antes, en el Festival de Folk de Newport de la mano de Bob Gibson (quien la invitó a tocar allí) compartiendo cartel con[Leer más…]

Otra nueva gozada más de los interminable archivos de rock clásico (y algunas sorpresas más) de la Colección Live At Rockpalast. Este artefacto me entró ya por la vista cuando vi el nombre de la banda de acompañamiento y además la fecha del especial concierto. Sí, no hacía mucho que McGuinn había estado enrolado en las filas de la Rolling[Leer más…]

El tercer disco de Mocker’s es su mejor disco de largo. Han cambiado el inglés por el euskera, y ese es uno de sus grandes aciertos. Las melodías encajan de una forma innata, fluyen las sílabas mientras rugen los instrumentos.

Como ya va siendo habitual, Mapache Records nos vuelve sorprender con su  exquisito instinto arqueológico, ofreciendo novedades de catálogo que rescatan aquellas perlas del pasado que en su momento pasaron inadvertidas para el gran público.

Quien pilló y disfrutó en tiempo real la última aventura de peso del bueno de Stiv Bators, a medio camino entre el punk canónico y el siniestrismo típico de la época, primera mitad de los ochenta, no habrá olvidado el paso del grupo por el programa televisivo conducido por Paloma Chamorro, La Edad de Oro.

Está impregnada de un aroma netamente francesa toda la órbita musical en torno a la que gravita el debut de esta banda de Montreal.

Los fantasmas del dios Tiki no se duermen en los laureles, ni en las olas. La nueva entrega consta de dos ediciones. Por un lado, el sello americano Hi-Tide realizó un primer lanzamiento a principios de agosto para hacerlo coincidir con la gira americana de la banda.