Empezaremos por resumir, por eso de ser originales y, ya de paso, que si alguien quiere dejarlo aquí pueda hacerlo. Americana o folk-rock elegante es la apuesta de Afton Wolfe. Un tipo de Nashville al que seguimos hace tiempo y que poco tiene que ver con la mayoría de cosas que salen de la ciudad. Wolfe es de esos músicos que hacen del menos, más. Exquisito y de voz profunda, puede recordar desde la inicial «Cry» a un primigenio Tom Waits (Wolfe es el comisario del festival que cada año se dedica al de Pomona en Nashville). Por cierto, vaya canción, puro soul, con las voces de Regina McCrary y Melanie Dewey poniendo el contrapunto perfecto a la contundencia vocal de Afton. “Cry es una canción que surgió mientras intentaba encontrar la letra para consolar a un amigo que acababa de sufrir una tragedia inimaginable: perder a su esposa y la madre de sus tres hijas. Después de intentar durante días componer una frase o dos para enviarle un mensaje de texto, esta canción estuvo completamente escrita en cuestión de minutos. Es la canción más emotiva que he escrito jamás”. «The Moon Is Going Down» es aún más Tom Waits, con su ritmo de vals,quizá la pieza perdida en The Heart of Saturday Night. Pero no se queden solo con ese nombre como referencia porque este escribe sea tan insistente. Hay más, pero por encima de todo una personalidad desbordante. «Truck Drivin Man» tiene algo de pantanosa, y es que no hay que olvidar que Wolfe nació en el Mississippi. Oyéndola se nos antoja una impecable marcha fúnebre. Aboslutamente hipnótica. De «So Purple» estaría encantado el Captain Beefheart, con un blues aterciopelado pero ensuciado con la voz, y un buen trabajo al piano. «Late Nite Radio» es la más variada del lote y el Dr. John se nos aparece por ahí, mostrando a Afton Wolfe como un maestro absorbiendo influencias y un auténtico padrino del blues-country noir. Solo 5 temas. Un EP en toda regla. Pero de calidad exquisita.
Eduardo Izquierdo