Artículos

Suede, la segunda juventud de los supervivientes del britpop

 

 

En la era de la Cool Britannia que más tarde exportaría el Nuevo Laborismo de Tony Blair, a Suede le cayó un sambenito: fueron las primeras estrellas del britpop. En abril de 1993, en la portada de la revista musical Select aparecía un exuberante Brett Anderson con una chaqueta de cuero que dejaba su ombligo al descubierto. Sobre una Union Jack de fondo, lo editores habían escrito un mensaje contundente y retador: “Yanks go home!”, acompañado de una serie de grupos que emergieron por aquel entonces (St. Etienne, Denim, Pulp, The Auters) y tuvieron unas carreras muy dispares. Diez años después, el efervescente britpop paso a ser un movimiento musical caduco. Parecía un suflé que podía crecer y quedar consistente, pero terminó desmoronándose. Por narcisista y nostálgico. Por repetitivo. Estaba acabado.

Suede se tomó un largo descanso tras el batacazo de un disco insulso, A New Morning, lanzado en otoño de 2002. Se había roto la magia, se había esfumado la belleza, no quedaba nada de la pureza y grandiosidad del principio. El grupo londinense regresó en 2013 con el álbum Bloodsports, donde arrancaba una nueva etapa con energías renovadas y el ímpetu inigualable de una inesperada segunda juventud. Esta es la historia de los últimos Suede. Los Suede que se quitaron de encima una palabra tan gastada como el britpop. Los Suede maduros que, 30 años después de su LP de debut homónimo, han puesto su sello de calidad en cada nuevo disco. La banda toca en Granada el próximo viernes 22 en el ciclo 1001 Músicas – CaixaBank y, al día siguiente, el sábado 23, encabeza el Visor Fest de Murcia.

1 La revelación: Royal Albert Hall, 2010

Y al séptimo año, Suede resucitó. La formación al completo, salvo el guitarrista original Bernard Butler, confirmó su reunión para un solo concierto en el Royal Albert Hall de Londres en apoyo a la organización benéfica Teenage Cancer Trust. Fue una revelación. El grupo se mostró exultante, con las pilas cargadas el día de su estreno. El primer show de Suede desde 2003 marcó el pistoletazo de salida de una serie de actuaciones que se sucedieron en los años siguientes. Todo empezó poco a poco. Sus miembros veían el futuro con cautela, ya que tenían un miedo atroz de hacer el ridículo. El bajista Mat Osman fue muy elocuente al exponer abiertamente sus dudas ante el regreso del grupo: “Señores de 40 años interpretando canciones adolescentes… Podría haber salido terriblemente mal», dijo al periódico The Guardian. Pero no fue así. La del Royal Albert Hall fue la primera piedra sobre la que Suede levantó un nuevo hito en su trayectoria.

2 El inevitable Best of

En 2011 hubo una gira de reunión que coincidió con el retorno de Pulp, que actuaron en el Primavera Sound de Barcelona. Dos de los grupos más excitantes del britpop estaban de nuevo en la carretera. La maquinaria glam de Suede se había puesto rápidamente en marcha rememorando el pasado en un ejercicio de nostalgia. A finales del año anterior, en 2010, publicaron un doble disco recopilatorio, The Best of Suede, donde además de una selección de singles de su época noventera, incluyeron varias joyas más desconocidas y caras B. Un movimiento inteligente para afrontar la vuelta. Ahí estaba todo. 35 canciones que condensaban la sintonía compositiva del tándem Anderson/Butler; la épica y el arrebato de los inicios, con los cuatro emblemáticos singles del primer LP («The Drowners», «Metal Mickey», «So Young, «Animal Nitrate»); un amplio hueco reservado para su obra maestra, Dog Man Star; la pegada pop que dieron a conocer en el álbum Comin’ Up; temas de culto como «My Dark Star» y «Killing of a Flashboy»; y un cierre perfecto apelando al espíritu melodramático y barroco de Scott Walker con unos apabullantes arreglos orquestales. Las canciones elegidas: «The Asphalt World», «Still Life» y «The Next Life».

 

3 La confirmación: Bloodsports

En marzo de 2013 vio la luz Bloodsports, el primer disco de Suede con canciones nuevas en más de una década, el sexto de su carrera. Ya tocaba. Algunos temas se habían colado en los directos de la banda desde su vuelta a los escenarios y los seguidores de la banda empezaban a impacientarse por la tardanza. Finalmente, «Barriers» fue el single elegido para dar la bienvenida a los nuevos y resucitados Suede. Una carta de presentación con un pie puesto en Bowie y otro en los Smiths, la fórmula que tan buenos resultados le había dado al grupo en el pasado. La pletórica voz de su líder se viene arriba en el estribillo. Después de varios cambios de ritmo y los ooooh marca de la casa, la canción se va diluyendo lentamente, pasando de la euforia a la calma.

El resto del disco no le anda a la zaga. El quinteto logró reunir un puñado de canciones memorables, sobre todo en una primera parte repleta de melodías redondas que recuerdan a los mejores momentos del Comin’ Up. En la canción «Hit Me», por ejemplo, Brett Anderson termina entonando unos lalalala, como en la saltarina «Beautiful Ones», el gran éxito del quinteto. Las conexiones estilísticas entre ambos discos son bastante evidentes. Al contrario que su LP de 1996, Bloodsports no se vendería como churros, pero logró abrir un nuevo periodo entre alabanzas de la crítica especializada. Suede volvía a ser un grupo respetado. Cuando muchos les daban por muertos, supieron reaccionar y reponerse al fiasco creativo de A New Morning. Sonaban mucho más convincentes que once años atrás. Y Brett Anderson brillaba de nuevo como un carismático intérprete.

4 Regreso al pasado

“Los celos, como la culpa y la nostalgia, son una emoción inútil”, dice Luke Haines, líder de The Auters en el documental Art Will Save the World, a Film about Luke Haines. En 1993 su banda estuvo a punto de superar a Suede en los prestigiosos Mercury Price, que le ganaron por un voto, y fueron catapultados al estrellato abriendo oficialmente la era del britpop y firmando tres LPs consecutivos inapelables. La cumbre artística llegaría enseguida, en 1994, con la publicación de Dog Man Star. Para la influyente web de música Pitchfork es el quinto mejor disco del britpop. Para el grupo sigue siendo un faro casi mágico en el que fijarse cada vez que trabajan en la creación de nuevas canciones. Un buen porcentaje del motor creativo de los actuales Suede tienen que ver con los sentimientos que denostaba Haines.

Razzmatazz BCNA 2022 (Foto: Pepe Velasco)

La nostalgia, por ejemplo. Mirar atrás para empezar de nuevo y seguir en funcionamiento. En 2014, coincidiendo con el 20 aniversario de su obra magna, volvieron al Royal Albert Hall y, junto a una imponente sección de cuerdas, interpretaron Dog Man Star en el mismo orden del disco. El experimento salió muy bien. El tributo está a la altura de un álbum que les perseguirá toda la vida.

5 El díptico introspectivo

En esta suerte de eufórica segunda juventud, Suede han abandonado el lado salvaje del sexo, las drogas químicas y rock ‘n’ roll de sus años mozos por las luces y sombras propias de la mediana edad. Después del chute pop de Bloodsports y tras volverse a imbuir del espíritu sombrío de Dog Man Star, la formación decidió explorar los límites de la creatividad. Como ya no tenían nada que demostrar, nunca se habían sentido tan libres como entonces. Night Thoughts (2016) y The Blue Hour (2018) funcionaron a modo de un apesadumbrado díptico donde no hay hits claros, quizás con excepción de «Outsiders», el poderoso single de adelanto del primero de los discos.

En las letras se habla libremente de temas como la angustia, la reflexión, el dolor y hasta los terrores nocturnos. Siempre de la mano de su colaborador Ed Buller, Suede se vuelven profundos e introspectivos, que no aburridos. Madurez, belleza y riesgo al mismo tiempo. Amplían el foco, también en sus directos. En la gira de presentación de Night Thoughts (2016), sorprendieron con una cinematográfica puesta en escena en la que las imágenes del documental que acompañan los temas del álbum se proyectaban sobre una pantalla. Las figuras silueteadas del quinteto aparecían y desaparecían, creando así un impactante efecto visual.

6 Negro como el carbón

Coincidiendo con esta época más introspectiva, Brett Anderson se estrenó como escritor con un libro sobre sus memorias de su juventud. No es el clásico retrato de una estrella del rock. Con un estilo elegante, Mañanas negras como el carbón (Contra, 2018) es un acercamiento original, inteligente y crítico sobre un joven nacido en una ciudad dormitorio que no estaba destinado a convertirse en una ilustre figura pop. El relato termina cuando el grupo que había formado con Bernard Butler a finales de los 80, unos tal Suede, empieza a destacar en la escena musical londinense con una serie de himnos rebeldes e irreverentes. Una especie de Morrissey en plan desatado había aparecido en la ciudad junto a otro virtuoso guitarrista.

Tardes de persianas bajadas
, también en la editorial Contra, fue la esperada continuación de sus memorias. De los inicios de Suede, pasamos a los años de gloria (y excesos) del grupo a lo largo de la década de 1990. Auge y caída estrepitosa, incluidas las drogas duras. En palabras de Neil Tennant, de los Pet Shop Boys: “Un emocionante relato personal de los dramas de un grupo británico único”.

Vida Festival 2023 (foto: Marina Tomás)

7 So Young

Se ha dicho un montón de veces: fueron uno de los pilares del britpop. Sobre la serie de aciertos de la última década se ha escrito bastante menos; tal vez porque Suede ha dejado de ser ese grupo que movía masas hace 25 años y lideraba la aristocracia musical de las islas británicas. Desde entonces, el mundo ha virado su atención hacia otros estilos. El indie y el rock han perdido protagonismo. Al contrario que los resucitados Blur y Oasis, los sexualmente ambiguos Suede que llenaron las portadas de la prensa musical inglesa no han logrado arrastrar a las nuevas generaciones en su fulgurante comeback. No pasa nada. Ellos siguen a lo suyo.

Y lo suyo ha sido últimamente recuperar el brío y la energía de su debut, en 1993. Salvando las distancias, su último LP, Autofiction (2022), les devuelve a sus inicios con una propuesta directa, orgánica y con alma macarra. Los nuevos temas son como un puñetazo post punk que golpean en el estómago. Más directos y crudos. Puro nervio, sin trazas glam. En «15 again» se atreven con una letra que remite directamente al amor adolescente: “15 again Oh / what a wasted love / We all sting in our hearts” (Tener 15 años de nuevo / cuánto amor desperdiciado / a todos nos duele el corazón). No sabemos qué opinará ahora Mat Osman sobre unos cincuentones que con suma intensidad se envuelven en un juvenil sonido guitarrero que corta el aliento. Pero, sorprendentemente, los primeros en apuntarse al britpop vuelven a dar en la diana. Una vez más.

 

Texto: Jon Pagola

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Contacto: jorge@ruta66.es
Suscripciones: suscripciones@ruta66.es
Consulta el apartado tienda