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¡Pendejo! te invitan a su Volcán.

Regresan a Ruta 66 con motivo de su nuevo álbum, Volcán (Chancho Records / Sena). Definen su música como una mezcla de metales pesados, riffs brutales, baterías machaconas, cojones y letras urbanas. Este es su cuarto disco, han tocado junto a nombres como Fu Manchu, Helmet… y girado junto a Monster Magnet por Europa. Desde los Países Bajos, amenazan a todos los pusilánimes, así que almas sensibles, manténganse a distancia. Pastu al habla…

 

¿Podéis explicar cómo se formó la banda? ¿Qué motivó que dos heavys latinoamericanos acabaran montando un grupo en los Países Bajos?

Este, heavys latinoamericanos… Mira, yo nací en Colombia y viví una parte de mi juventud allá y en Perú, y mi primo Monchito vivió en América latina también, ambos por el trabajo de los padres. Tanto los suyos como los míos son holandeses, así que somos cheles no más, infectados por el virus latino. Para nosotros no era nada extraño cuando hemos arrancado la banda. La gente lo veía como raro que cantábamos en castellano, eso sí.

Volcán es vuestro cuarto disco. ¿Podéis resumir vuestra trayectoria anterior?

Para resumirlo muy en breve: riffs, metales, 15 años de sudor, fumeyshon y cervezeyshon, o sea el gran sufrimiento, resultando en un balance entre logros y fracasos más o menos aceptable, pues.

Lo correctamente político no parece interesaros: ahora que la mayor parte de bandas vigilan el contenido de sus letras, vosotros vais directos a impactar, con expresiones como “ni los huevos que mamaste” o “no mames, no me jodas cabrón”. Muy explícito todo…

Sí, de vez en cuando somos un poco groseros. Y es verdad, lo correctamente político nos vale verga. No se escapa ninguno.

Y parecéis apostar por la revolución vía acción directa. Ahí está vuestra nueva canción “Revolución”. ¿No hay que descartar ningún método para cambiar las cosas?

Bueno, primeramente, creo que no somos una banda muy política, ni pretendemos poder cambiar cosas importantes con nuestras pendejadas. Pero sí nos gusta criticar la estupidez, la intolerancia, y a mi personalmente me encanta ironizar la maldad de la gente. En cuanto a descartar ningún método… Claro, hay cosas que no se hacen. Tiene que tener algún sentido, y que mejor sea divertido o artísticamente por lo menos un poco interesante o bonito. Para darte un ejemplo: gritar que nuestra reina es una puta no es muy interesante, ni muy divertido. Cantar que nuestro rey es un idiota tampoco tiene mucho valor, porque todo el mundo ya lo sabe. Pero proclamar que el rey emérito Juan Carlos es un malandro o un capo mafioso sí tiene sentido, no solamente porque me parece la verdad, pero también porque es prohibido decirlo. Ah, y el tema “Revolución” no es necesariamente una convocatoria para una revolución, ¿eh? Más que nada es una crítica sobre la cultura de la cancelación, y sobre la gente que abusa del concepto de la revolución para demostrar que son guays. El tema termina con las palabras “deja de tomar selfies cagón, y anímate a algo con cojones”. Pues eso.

¿Qué tal habéis encajado en la escena escandinava? ¿Ha supuesto algún tipo de problema cantar en español, que como comentábais al principio sorprendió?

No hemos tocado mucho allá. Algunos conciertos con Monster Magnet, no creo que el castellano haya sido un problema.

Sonáis como una apisonadora, imagino que en directo no hacéis prisioneros…

Gracias, sí, intentamos de romperlo todito. Si las tarimas nos pagan un poco extra, llevamos dos amigos más al escenario, uno toca el trombón y el otro la trompeta, el trombón y el sousáfono, nojoda. Con ellos en total somos cuatro vientos, hemos tocado así, los siete, en algunos festivales. Una apisonadora con turbo, pues.

Por último, ¿no hay lugar para el amor en ¡Pendejo!? A la mujer que protagoniza “La reina de la ametralladora” la describís armada con un arma, cubierta de mugre y sudor… ¿es vuestro concepto de alguien sexy?

Tengo entendido que Fanny Schoonheid, la reina de la ametralladora, era muy sexy en sus días, ¡tanto cubierta de mugre como limpiecita! Pero en el tema sobre todo canto a su valor, su coraje, no tanto a sus curvas. Ah, pues para el amor a las curvas hay que escuchar el tema “Nadadoras”, de nuestro primer álbum. Con letras políticamente bastante incorrectas, eso sí.

 

Texto: Elmo Lewis

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