Destacable trabajo de Americana que además incide en el buen rollo y la esperanza para unos momentos en los que todos vamos un poco justitos del tema. El de Chicago y su banda han conseguido reunir un grupo de canciones que, sin demasiadas pretensiones, sí que dejan un gran sabor de boca. Teniendo claro que la vía es el respeto hacia los clásicos pero también la valentía de dotar su sonido de cierta contemporaneidad. Para ello se picotea en todos los palos y de todos se sale airoso, desde el country setentero al bluegrass, el rockabilly, el folk – algo oscurito en este caso – o esas canciones de carretera que sin saber por qué tanto nos enganchan. Wild Earp, además, se ha mostrado habitualmente como un músico especialmente preocupado por sus letras, y en este caso vuelve a dar una muestra del equilibrio entre temas sociales bastante serios y una dosis de ironía que quitan algo de sal, dejando la pimienta. Obligada adquisición para los amantes del género.
Eduardo Izquierdo