Desde Lubbock (Texas) nos llega Jordan Robert Kirk, uno de esos artistas de country hijo de un algodonero y que empezó en la música en el coro de la Iglesia. Ya saben. Cumpliendo todos los cánones. Después de intentarlo varias veces en la música, decidió dejarla, pero la retomó para poderle pedir matrimonio a su mujer, cosa que hizo regalándole una canción que había compuesto para ella. Así empezó definitivamente su carrera, algo que le ha llevado a compartir escenario con gente del calibre de Joe Ely, Travis Meadows, Parker McCollum o Mike and The Moonpies.
En plena pandemia, como tantos otros, decidió granar su nuevo disco en su residencia de Idalou, convirtiendo su comedor en un auténtico estudio de grabación, y pidiendo a Derek Bohl que se encargara de la masterización de las diez canciones que grabó y que ha editado bajo el título de Western Holler. Un buen puñado de temas de típico country norteamericano, un disco de songwriter. Con la vida rural por bandera y un montón de cosas que decir en un trabajo que hará las delicias de los seguidores del country más clásico.
Eduardo Izquierdo