La carrera musical de Néstor Pardo siempre ha estado ligada al underground, definido como ese espacio donde la calidad es casi inversamente proporcional a la repercusión obtenida. Así ha sido en sus pasadas aventuras (The Loveless Cousins o The Allnight Workers) y por supuesto en su actual andadura en solitario. Una trayectoria que con su anterior disco, Siento No Haber Sido lo Esperado, superó los sonidos de raíz folk-blues para orientarse hacia una meta más personal en la que además asumía el idioma castellano. Directrices que mantiene e incrementa sustancialmente en Libélula. Todavía su voz rugosa y la base rocanrolera aportada por las crujientes guitarras persisten, pero definitivamente se envuelven en un diversificado contexto instrumental, donde lo más llamativo será la latinización de su repertorio, ostensible, por ejemplo, en la salsera «Un Gran Plan» o en el romántico bolero con el que cierra «Vete de Mi». Incorporaciones que dejan algunos viscerales arrebatos como la tanguera «Moriré Aquí» o el blues contemporáneo de «Hazme Sentir Especial Hoy». Pardo certifica así que géneros y etiquetas siempre serán secundarios frente a la emoción y el talento.
KEPA ARBIZU