Será nostalgia, postureo, marketing o todo a la vez, pero la «nueva» canción de los Beatles es sin duda una de las noticias musicales del año. Ya hace varios días que se publicó, tiempo suficiente para escucharla y degustarla con tranquilidad. Y también para constatar que los Beatles siguen siendo no solo noticia o «trending topic» (curioso ver a youtubers jovencísimos reaccionando con una lagrimita al escuchar la canción…), sino que su importancia histórica es aplastante.
Porque no hablamos del último fenómeno urdido por discográficas y con el autotune por bandera, o de la estrella de turno que quizás será fugaz y su estela se apague antes de tu siguiente estornudo. Estamos hablando del grupo que marcó un antes y un después en la historia de la música popular tras su irrupción en octubre de 1962 y que en siete añitos de nada se marcó una de las discografías más relevantes e influyentes del universo conocido.
Desde su separación en 1970 se especuló mucho sobre su reunión en años sucesivos, rechazando cifras de vértigo ni que fuera para algún concierto aislado. Pero con el asesinato de Lennon en 1980, el sueño se truncó. Y hete aquí que pasan los años y llegamos a 1995 con el descomunal proyecto Anthology: tres discos dobles con descartes y tomas en directo, una estupenda serie para televisión y un libro grandote de lujo (con varias fotografías inéditas aportadas por los propios protagonistas). Y por si fuera poco, un gran anzuelo para coleccionistas y quizás también para contagiar la beatlemanía a una nueva generación (no olvidemos que era el momento álgido del brit-pop, con unos Oasis a la cabeza reivindicando a Lennon & Co).
Ese anzuelo eran dos canciones («Free as a Bird» y «Real Love») que Lennon dejó grabadas en un cassette entre 1977 y 1980 y que Yoko Ono cedió a los tres Beatles restantes para que pudieran acabarlas. Debido a problemas de oído de su productor de toda la vida, George Martin, se contó con la supervisión del líder de la ELO, Jeff Lynne, que logró que sonasen a Beatles y no solo a Lennon en solitario. Pero había una tercera canción, «Now and Then», que no pasó el filtro, básicamente por el veto de Harrison, aunque no queda claro si cuando masculló que era «una puta basura» se refería a la deficiente calidad sonora o también a la calidad de la canción en sí…
Sea como sea, casi treinta años después, y gracias a la tecnología actual (cortesía del equipo de Peter Jackson, que ya la aplicó de manera increíble a la fabulosa serie Get Back), tenemos ahora «Now and Then» con todo su brillo y esplendor. Ha aparecido como single, junto a una remezcla de “Love Me Do”, primer sencillo de la banda en 1962, con lo que se cierra el círculo. Y también como reclamo de la reedición de los dobles recopilatorios Rojo y Azul (ya se sabe: ninguna Navidad sin algún producto Beatle). Paul y Ringo han puesto lo mejor de sí mismos, sin alardes innecesarios, y recuperando alguna parte de guitarra que hizo George en su momento (aunque las que grabó en “Free as a Bird” y “Real Love” ganan de largo). Y el añadido de arreglos de cuerda a cargo de Giles Martin le da una pátina emotiva, al retrotraernos a lo que ya hizo su padre en muchos temas de los Beatles, léase «Eleanor Rigby», «Strawberry Fields Forever» o «I am the Walrus».
Naturalmente, quedará siempre una pregunta en el aire: ¿aprobarían Lennon y Harrison esta grabación? Nunca lo sabremos pero, qué demonios, ¡tenemos una canción nueva de los Beatles por última vez! Y aunque personalmente me quedo con “Free as a Bird” y “Real Love”, han logrado con creces lo que ya se decía en la letra de “Hey Jude”: “coge una canción triste y mejórala”.
Texto: Jordi Planas
P.D. En Youtube ya se pueden encontrar versiones de “Now and Then”, pero la que ha hecho Timmy Sean, recreando la canción como si los Fab Four la hubiesen grabado en 1964, es de premio.