Aunque empezó con un formato trío de jazz hace ya cerca de tres décadas (alternando material propio con jugosas versiones), el pianista Brad Mehldau ha expandido sus horizontes mucho más allá de lo que nadie pudiera imaginarse.
Así, fuera de sus discos más, digamos, “convencionales”, ha ido construyendo una estupenda carrera paralela con la inquietud por bandera. Buenas muestras son “Elegiac Cycle”, “Largo”, “After Bach” o “Finding Gabriel”. Ahora cuenta con la Orpheus Chamber Orchestra para una serie de variaciones sobre “un tema melancólico”. El resultado, una vez más, se aleja del jazz que le ha dado fama para dar lugar a un disco a medio camino entre la música contemporánea (con pinceladas de Stravinski o Aaron Copland) y las bandas sonoras de compositores como Bernstein o Miklós Rózsa (“El loco del pelo rojo”, por ejemplo). No es un trabajo tan accesible como otros de su discografía pero tras un par de escuchas las piezas empiezan a encajar. Hay momentos muy especiales, como el tema principal, “Variation 1”, “Variation 3” (puro Gershwin), “Variation 9” (con un delicioso diálogo entre flauta y piano) o “Cadenza”, donde su tratamiento de jazz más romántico le acerca a Bill Evans. Pero la mejor pieza es “Variation 11”, con unos arreglos orquestales que recuerdan a “Highway Rider”, posiblemente el disco más completo de Mehldau.
Texto: Jordi Planas
