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Mathew E. White & Lonnie Hollie, Broken Mirror, canción a canción

Curiosa colaboración la que ofrecen en este disco el veterano artista multidisciplinar – no solo es músico sino también escultor – Lonnie Holley y una de las estrellas del indie/folk/americana actual, Matthew E. White. Hay quien, de manera exagerada, se ha atrevido a comparar este álbum con los encuentros entre Captain Beefheart y Zappa, pero más allá de ser una experiencia entre dos artistas interesantes, poco más le veo en común. Además, las músicas de los dos citados monstruos tenían aparentemente más elementos en común, aunque fuera por lo generacional, que el blues tosco y callejero de Holley, al que une folk experimental, y el indie folk negroide de White. Solo cinco temas componen este Broken Mirror: A Selfie Reflection, pero no sufran. Su minutaje se acerca a los cuarenta minutos. Ahí va nuestro análisis canción a  canción.

 

«This Here Jungle of Moderness». Imposible no volver a citar a Zappa, ahora sí, al escuchar el tema inicial. Como curiosidad, y aunque solo aparezcan cinco canciones, los músicos han colocado a todos como subtítulo el número de composición de todas las que hicieron y que luego escogieron para dar forma al disco. Esta es la 14. Funk cargado de ácido lisérgico con órganos a toda lecha. Algo de Funkadelic y algo de kraut rock.

 

«Broken Mirror». El tema titular ya se va por encima de los 10 minutos. Se trata del noveno de sus sesiones. Improvisación vía free-jazz y mucha experimentación. Todavía no sé que hago yo escuchando este disco, pero ahí andamos.

 

«I Cried Space». Conociéndome estaba cantado que mi tema favorito sería el más corto. Y ahí está esta canción con sus tres minutos y cincuenta y tres segundos. Blues con voces superpuestas sobre una extraña percusión y una cadencia vocal que recuerda en algo a Gil Scott-Heron. A pesar de ser el tema que más me llama la atención, definitivamente no es lo mío, pero ya que quedan solo dos piezas acabaremos el texto. Abstrayéndome supongo que los seguidores de este estilo lo disfrutarán enormemente.

 

«I’m Not Tripping». Maquinitas para el penúltimo tema del disco, ambos con casi idéntica situación. Uno pdoría imaginarse al Dr. John cargados de tripis haciendo algo así. Curioso es, para qué engañarnos, pero disfrutarlos erenos e me antoja difícil.

 

«Get Up! Come Walk With Me». Igual es lo más tradicional de todo el disco, así que póngansela primero y si les parece vanguardista, abandonen. El resto lo es mucho más. Disco complicado y arriesgado, algo que tiene mucho mérito, especialmente en el caso de White, que podía haber ido a lo fácil. Por lo demás, confieso entenderlo poco.

 

Eduardo Izquierdo

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