Discomático

Schizophrenic Spacers – The Cov Sessions (Spacer Records)

En 2017 lanzaron It Better Be Good, un majestuoso doble álbum donde los Spacers se explayaban a gusto, consiguiendo llevar su amplio concepto del classic rock a cotas que, sinceramente, creíamos inaccesibles para grupos que como ellos, venían del más profundo underground. Salvando las distancias, ese disco fue su Quadrophenia particular, su Phisical Graffiti, su White Album, un ambicioso proyecto en el que te podías perder entre sus miles de matices.

En 2019 hubo un cambio de registro y Now, su nueva obra, nos golpeó con fuerza. No es que hubieran cambiado, su personalidad seguía allí, pero al mastodóntico concepto anterior, le sustituyó una colección de canciones urgentes y viscerales que iban directas a la yugular. Era más que nunca un Carpe Diem total y absoluto, porque había que aprovechar el momento, no se sabía dónde íbamos a estar mañana, y como su título indicaba, el momento es ahora.

Su torrente creativo no cesaba, la ilusión de ofrecer algo novedoso para la edición del Record Store Day que se avecinaba, hizo que de nuevo se metieran en el estudio y registraran un par de canciones, las juntaran con otras dos versiones de Van Halen y Death y editaran Just For Fun… Again, un bonito single que era la continuación de un EP anterior sólo disponible en formato digital.

Estaban pasando la etapa más prolífica de toda su carrera y casi sin tiempo a ir asimilando tanta novedad, nos llegaban noticias de que el próximo proyecto trataba sobre una historia conceptual, y su boceto no sólo estaba empezando a dibujarse, si no que su concepto y composición estaban ya muy avanzados. Y en estas llegó la pandemia del Covid 19. El daño que este maldito virus está haciendo es absolutamente incalculable, pero las consecuencias que ha tenido para la actividad de grupos como los Spacers están siendo devastadoras. Dicho esto, podías sentarte a llorar e un rincón o tratar de aprovechar el tiempo, y si te confinan lo único que vas a tener de manera sobrada es precisamente tiempo.

Es aquí cuando comienza la historia de este álbum. Los cuatro miembros del grupo encerrados en casa reflexionando sobre un futuro incierto, dieron como resultado que su legendaria obstinación saliera de nuevo a la luz, y que lo hiciera a través de unas canciones viscerales, desnudas, a menudo cargadas de dramatismo y desesperación, pero también de una intensidad demoledora. Canalizaron su frustración por todo lo que estaba pasando mediante unas composiciones grabadas de manera casera, trabajadas y arregladas en equipo. Me atrevería a decir que nunca antes habían colaborado de una manera tan estrecha, no podían reunirse bajo la calidez de un estudio de grabación, ni tan siquiera podían ir dando cuerpo a las canciones en el local de ensayo y sin embargo, éste es un álbum hecho en la más íntima colaboración.

Con la guía de Hendrik Rover, el apoyo de Julio Sedano y la colaboración externa de amigos de su entorno como Javier H. Ayensa y Luis Kleisser de la Kleejoss Band, las piezas fueron encajando poco a poco para dar forma a un proyecto que tan sólo unos meses antes ni siquiera existía. Si excluimos la revisión de su clásico «Witches From The Western World», todo es material inédito, y aunque evidentemente tengo mis favoritas, mi sincero consejo es que se disfrute a la antigua usanza, con calma y tranquilidad, con los textos delante y degustando el álbum de principio a fin. Incluso las versiones de gente a priori tan diferente entre sí, como Lone Star, James Gang o Captain Beefheart, enlazan a la perfección con ese tono melancólico no exento de esperanza, que nos plantean bellezas acústicas como «Shithole», «Say Goodbye From The Distance» o esa preciosidad titulada «Shake Your Blues Away».

A la espera de lo que nos puedan ofrecer en esa nueva aventura a la que le están dando forma, en mi cabeza, éste es el disco perfecto para completar una trilogía descomunal, absolutamente basica. Si It Better Be Good era la exuberancia sónica y Now la reacción urgente e inmediata, The Cov Sessions es la reflexión, la incertidumbre y la serenidad de una banda en estado de gracia, y más viva que nunca a pesar de todos los contratiempos.

Texto: Andrés Martínez

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