Son infalibles, y no hay más que hablar. El trío formado por Casey Laforet, Mark Sasso y Steve Pitkin hace tiempo que se muestran como una máquina perfecta de facturar música de raíces efectiva y atractiva como pocas en el mundo. Esta vez, además, suavizan un poco su propuesta con ciertas pinceladas (no se asusten) pop esperando, supongo, ser más accesibles para el gran público. Cosa, por otro lado, y me sabe mal por ellos, que creo no van a conseguir. Y eso a pesar de que en este sexto disco de los canadienses hay más de un hit, como la inicial «Bird Dog» en la onda Lumineers – por algo en el disco los acompaña uno de ellos, Ryan Hadlock – o la espléndida «The Coast». Formado por diez canciones que intentan huir a conciencia de la etiqueta de grupo acústico, Elliott Brood nos dejan salivando ante la posibilidad de verlos, esperemos que pronto, paseando como ya han hecho antes, un disco como este por nuestros escenarios.
Eduardo Izquierdo