Esta crítica la iba a empezar así: ‘’Pensaba que no lo diría nunca, pero al fin he encontrado un disco de ANTI que me ha dejado frío’’. Ese era el pensamiento tras dos escuchas del disco. Principalmente, porque no le pillaba el punto, no lo ubicaba en ningún lado. Hasta que aparece un término que lo define y me ayuda a entender el potencial del disco: espartano es la palabra. Y seguidamente, pienso en los noventa, y entonces surgen nombres, alianzas, consideraciones. Tras dos EPs publicados en su Bandcamp, Ned Russin, un músico de Brooklyn que antes estuvo en Title Fight, graba un álbum que producido por Alex G. me hace pensar en Bob Mould, tanto en solitario como sobre todo, en su etapa en Sugar. La canción que mejor explica esa conexión es «Destiny», austeridad y melodía a partes iguales y una voz que nos lleva hasta ese punto estratégico. En cada pieza del disco hay un elemento que obliga a fijar la vista, el bajo en «Two» o un sonido indefinible cercano a un teclado en «Perfect». Lo dicho, dale al menos tres oportunidades. Si necesitas una cuarta, abandona.
TONI CASTARNADO