Les faltaba justo esto, un disco que escapara a categorías, a estándares. Poner toda la carne en el asador y dibujar tal que sí, un brochazo ambicioso que no descarte a nada ni a nadie (como colaboradores tienen a J. Mascis, Owen Pallett y a la inclasificable Lido Pimienta). Este es un atlas musical en que hay de todo desde una perspectiva rock, pero desde esa base sólida del punk y el hardcore y que suban un peldaño. Esto supone dos cosas, que un disco doble en una banda de estas características no suene forzado ni pesado y de paso mirar la posibilidad de mirar de tú a tú a cualquiera por grande que sea. Seguramente, un sector de la prensa —no solo la especializada— que no les prestaba atención ahora sí lo haga. Y, ojo, tampoco han cambiado tanto, simplemente han ampliado el espectro y, en algún tramo, pisan menos el acelerador, respetan los ciento veinte por hora cuando van por una autopista. Curiosamente, a Fucked Up se les miraba con recelo porque algunos los consideraban un hype, justo tras The Chemistry of Common Life y, sin embargo, con Dose Your Dreams quien más y quien menos podía tener algún elemento en su mano para derribarlos, pero eso no va a pasar. Ya pasaron ese umbral, esa criba. Por eso, no es casualidad que los canadienses usaran en su día un sample de Tierra y libertad de Ken Loach, esto significa que ellos siguen agarrados a su esencia y por otro lado su libertad les permite derribar barreras con obras como esta.
TONI CASTARNADO