Los neozelandeses The Cavemen no producen indiferencia. Por si no les conoces, a finales de marzo regresaban con su tercer trabajo discográfico y, según anuncian, vuelven con muchas ganas de juerga, beber, pelear, practicar sexo y tocar en directo donde puedan, les llamen y les dejen.
Su garage punk primitivo, caótico, acelerado y deudor por igual de New Bomb Turks, The Dwarves o The Cramps es una bocanada de aire fresco que nos llega desde las antípodas, justamente de ese archipiélago que nos ofreció grandes bandas en el pasado como The D4 o Datsuns.
Trece temas de escasa duración pero gran intensidad, suciedad sonora, escaso virtuosismo musical, mucho ruido y gran sentido del humor como demuestran en la fiestera «Chernobyl Baby», las aceleradas «Lust for Evil» o «7 Day Weekend» y la jocosa «Elvis is Alive», pequeño tanteo de lo que son capaces de hacer estos cavernícolas. Colega, permíteme darte un consejo, si te los cruzas por la calle, crúzate de acera o únete a ellos, contágiate de su música y, por tu bien, no le presentes a tu chica.
Texto: Rafa García Moreno