Cuando parece más improbable que nunca que retome su alianza con Graham Nash —y por consiguiente, con Stephen Stills— David Crosby decide reanudar su carrera como solista. Tres álbumes en cuatro años: Coz (2014), Lighthouse (2016) y el que nos ocupa, Sky Trails. Un trabajo sin grandes cambios en lo que vienen siendo sus discos; el buen hacer del otrora pilar de The Byrds, con la complicidad de su vástago, James Raymond, que produce el disco junto a su padre. No faltan los ecos de aquella aventura que el dúo protagonizó junto a Jeff Pevar a finales de los noventa (CPR), en parte por el protagonismo de Raymond en el álbum. Desde la elegancia en clave jazz rock de «She’s Got to Be Somewhere» hasta el folk del propio «Sky Trails», recoge una colección de temas que encajan en las diferentes etapes del bigotudo vocalista. Una más que justificada lectura de «Amelia», perteneciente a esa joya que es Hejira (1976) de Joni Mitchell, redondea el resultado final. A quienes le hayan seguido a lo largo de medio siglo no les sorprenderá, pero siempre es reconfortante que este hombre reaparezca con nuevo trabajo. Más allá de los rumores y habladurías sobre las futuras reuniones junto a sus tres distinguidos colaboradores.
JORDI DEL RIO
