La banda de Portland visitaba por primera vez estas tierras, en el que era el último concierto de su gira europea, y lo hacía con la mitad de sus efectivos (voz y guitarra, contrabajo y batería) en un Café Berlín con todo el papel vendido. La cosa prometía. Los sonidos de la Costa Noroeste confluyen a la perfección en esta banda con oficio, ofreciendo temas propicios para esta época del año. Este concierto como el que tuvo lugar en la Antigua Fábrica Damn de Barcelona forman parte de las fiestas de celebración del aniversario de la promotora Cooncert.Su repertorio nos acerca a los acantilados de Oregón, a la hierba mojada de sus praderas, a ver llover desde la ventanilla del autobús y a una taza de humeante café recién hecho. El cantante, Israel Nebeker, transmitía buen rollo y nos dejo claro lo feliz que se encontraba por visitarnos. Incluso se atrevió a probar suerte con unas cuantas frases en castellano. Pero, sin duda, lo suyo es tocar y cantar.
Su último álbum tiene más de un año y nos contó que pronto se pondrían manos a la obra con el próximo. Comenzaron con la que quizá es su canción más luminosa, 3 Rounds and A Sound, del disco homónimo, y continuaron con The Story I Heard, piezas ambas de un fantástico álbum publicado hace siete años. Estrenaron temas nuevos y quizá haya que esperar a escucharlos con toda la banda para poder disfrutarlos al completo, ya que quedaron un tanto descafeinados.
Las prisas impuestas por la sala (que continuaba la noche con duende flamenco) hicieron que nuestro piloto ciego aterrizase con suavidad. Con Moon At Dawn creímos que se cerraba un recital redondo, pero hubo más. Los descubrirán cuando vuelvan por estos parajes y vayan a verlos.
Texto: Pepe Maza
Foto: María Orueta
