La pegatina en la portada dice de él que es el letrista vivo más grande de América, y parte de razón no le falta a tan rotunda afirmación, pues son las letras de estas once canciones lo más cautivador de su décimo álbum. Que no por depreciar el innegable talento del que fuera la voz de American Music Club —hoy cantautor consolidado—, pero la prometedora apertura con «The Last Ten Years» no es suficiente; es una buenísima canción, y la más inmediata, pero sobre la que pesa una excesiva presión por ser la que abre el elepé. En adelante, «The Answer», «The Road», «Nothing and Everything», etc., son tan destacables y melancólicas como lineales. Hay pocas sorpresas: «La Llorona» es visceral, y en «In My Role as Professional Singer and Ham» se aprecia fácilmente la huella de Bernard Butler, ex Suede y productor que participa en todos los cortes, como en su día hizo con el ex R.E.M. Peter Buck en West (1997). La voz es reveladora, pero protagoniza en solitario, como en una película con un héroe claro, pero con personajes secundarios poco interesantes. Sin embargo, ¿cuándo se ha tratado de otra cosa? En definitiva, es un disco notable al que, por más vueltas que le doy, le sigue faltando algo, pero que se basta de sus frases para ser memorable. Y si no, aquí una muestra: ‘’Solo porque alguien te ama, no significa que puedas tratarlo mal’’. Amén.
BORJA FIGUEROLA