El 27 de septiembre de 1953 nacía cerca de Kollam (Kerala) Amma, también conocida como Ammachi (madre). O lo que es lo mismo Mata Amritanandamyi. Con menos de diez años, la niña tuvo que dejar la escuela a causa de la enfermedad de su madre para encargarse del cuidado de sus pequeños hermanos en una familia de pescadores humildes. Sus hermanos aseguran que Amma empezó a meditar con tan sólo cinco años y que cuando nació no lloró sino que vino a este mundo con una tremenda sonrisa. Rápidamente se sintió atraída por Krishna a quien dedicaba canciones con apenas seis años. Según sus padres, no dormía. Cuando por la noche finalizaba sus trabajos domésticos se dedicaba a meditar hasta el alba. La meditación le servía como descanso.
A partir de los 12 años, Amma empezó a sufrir ataques de nirvana. Llegaba a la felicidad con una asombrosa facilidad. Era fácil que a lo largo del día, sin ningún tipo de aviso previo se levantara y se pudiera a bailar. Según sus propias declaraciones “sólo seguía el camino de Dios”. Eso llevó a que fuera expulsada de su hogar materno acusada de ataques de locura. Lejos de sentir ira, Amma se compadeció de su familia y nunca les guardó rencor. Su estado de conexión divina le permitía estar días enteros sin dormir ni comer dedicada íntegramente a la meditación. A los 22 años y tras una visión, decidió que había llegado el momento de empezar a difundir su mensaje a todo el mundo. El primer paso fue aceptar discípulos a su cargo. Ellos decidieron convertir su casa natal en una especie de templo de la paz. Sus enseñanzas fueron transmitiéndose. Primero en toda la India. Después en Estados Unidos. Y a continuación en el resto del mundo. Eso le llevó a comenzar, a partir de 1987 tours internacionales para difundir su palabra. Por ello no extrañó a nadie su elección como una de las tres máximas representantes del hinduismo en el Parlamento de Religiones del mundo que se celebró en Chicago en 1993. Ganadora de diversos premios, los centros seguidores de su palabra se multiplicaron en el mundo rápidamente. Eso llevó a la creación de Amma como organización.
Su influencia conexión con la música rock la encontramos en la persona de J Mascis, el particular fundador, guitarrista y cantante de Dinosaur Jr. Nacido en Massachusstes, Mascis llevaba una aceptable carrera musical hasta que en 2005 la palabra de Amma se cruzó en su vida. Al tipo no se le ocurrió otra cosa que grabar todo un disco destinado a loar las buenaventuras de Amma. Menos mal que la cosa se quedó en 6 canciones. Eso sí, sus títulos no tienen desperdicio: «Help Me, Amma», «Amma What Now?», «Lokah Samastah Sukhino Bhavantu», «Please Remember That I’m Here» y «Take Me Home». No contento con el engendro, Mascis decidió acabar el disco con «Ayi Giri Nandini», una versión de un himno escrito hace 1300 años. Por lo menos el disco no se editó como un trabajo de Dinosaur Jr. sino como algo personal del autor. Eso sí, como suele ser habitual en estos casos, todos los royalties producto de sus ventas van a parar a la organización Amma.
17/07/2008
Eduardo Izquierdo