Se ha dado prisa: calentita la grabación de estudio de Pop junto a Josh Homme y los suyos, ya tenemos en formato audio y DVD su paso por un regio recinto londinense. Aceptado o no el papel actual de la antiguamente peligrosa iguana, la alianza con unos más que solventes músicos ofrece argumentos a ambos bandos: quien sigue disfrutando cual becerro con los bailoteos de Iggy y su innegable entrega escénica, aquí tiene una generosa dosis de material que huele a despedida… o no. Quien le vea más cercano a un bebedor de tónicas que a un veterano del punk todavía peligroso, encontrará a faltar algo de ese riesgo que, posiblemente, no solo ha perdido él. La prueba del algodón: rulan, y finamente, cuando el material que escupen corresponde a sus tiempos gloriosos, desde la inicial y vigorosa «Lust for Life» hasta la inevitable «The Passenger» o un «China Girl» que humedecerá pupilas de los que siguen fascinados por sus trabajos junto al Duque Blanco. El resto de Live at the Royal Albert Hall es fiel a lo que podía esperarse de su evidente química. Sabia decisión: el material más tóxico queda aparcado. Ya no son tiempos de búsqueda y destrucción.
Alfred Crespo