Wooden Heart es el segundo disco en estudio de Andrew Adkins, músico de West Virginia que apuesta por un country-rock genuinamente norteamericano en la línea del primer Steve Earle o Ray Wylie Hubbard ¡Para qué engañarnos! Quizá el disco que llega a nuestra redacción sea la única oportunidad de que la música de Adkins suene en nuestro país y, por eso, queremos presentarlo a los ruteros de base con esta larga entrevista.
¿Crees que tu música puede funcionar en España?
Yo diría que sí. Está claro que el idioma es una gran barrera pero, sin embargo, creo que las emociones en mi música se transmiten fácilmente.
¿Cuál dirías que es hasta ahora el mayor logro de tu carrera’
Cuando estaba de gira con The Wild Rumours tuvimos el honor de tocar varias veces en el Merlefest y en una de esas ocasiones, en el backstage, pude conoce a Doc Watson, un auténtico héroe para mí. Verlo, hablar con él y acabar tocando en el mismo escenario fue un gran honor. Doc, además, falleció pocos meses después de aquello.
En tu música detecto cosas del Greenwich Village pero también algo del sentimiento outlaw, de esa música en la que estar al borde la ley era una forma de vivir ¿tú qué crees?
En primer lugar, gracias. Es un honor lo que dices. Soy muy fan de muchos estilos de músicas. No olvidemos que Waylon Jennings tocaba con Buddy Holly, así que todo puede entrecruzarse. El viento tejano que influyó a Buddy es el mismo que influyó a Guy Clark, Townas Van Zandt, Blaze Foley, Rodney Crowell…Aunque también me gustan cosas de otros estilos, de John Prine a MC5, del folk al rap.
Eres las montañas de Virginia Occidental ¿no crees que la música de allí tiene un sonido muy definido y claro?
Estoy orgulloso de mi tierra pero no estoy seguro de cómo suena la música del Midwest. Me inspiran los Apalaches y la música que viene de allí. Somos un pueblo orgulloso y me gusta llevar el Appalachian Sound por el mundo.
¿Esa es la mejor definición de tu sonido?
Sí, yo hago Appalachian Folkgrass. Mi música puede ser calificada de Americana e, indudablemente, de country, pero me influyen tanto los Apalaches que creo que su nombre ha de estar en la definición. Me he creado mi propio subgénero y me gusta (risas).
¿Quién fue tu primer ídolo como músico?
La primera vez que oí a Harry Chapin me quedé enganchado. Supe como contar una historia en cada canción. He intentado parecerme a Harry desde niño pero reconozco que no soy ese tipo de escritor. Me sucede lo mismo con Townes o Dylan. Harry fue el primero que me hizo sentir amor por las palabras.
¿Sería la primera persona que elegirías si pudieras colaborar con alguien vivo o muerto?
No lo sé, qué difícil. Estamos perdiendo a muchos grandes y quizá optaría por uno de eellos antes de que se fueran. Kris Kristofferson o John Prine estarían bien. Siendo más terrenal, me encanta John Moreland, me encantaría hacer algo con él.
Te habrán dicho más de una vez que tu música recuerda a Steve Earle ¿cómo te lo tomas?
De la única manera que puede hacerse, como un honor. Amo a Steve y ver Heartworn Highways cambió mi vida. La forma en que Steve coloca las palabras, Townes, Guy Clark…toda esa gente del documental me abrieron los ojos a un nuevo mundo. En esa época en que lo vi salió Copperhead Road y no era fácil encontrar a gente de mi alrededor que escuchara aquel disco así que establecimos una conexión especial.
Esas conexiones son importantes para ti. Te he leído decir que “podemos escuchar a Britney Spears pero no tenemos más que una conexión emocional momentánea con sus canciones” ¿qué quieres decir?
Recuerdo esa entrevista. Hablábamos de canciones atemporales, esas que puedes escuchar hoy y tienen el mismo impacto emocional que hace veinte años. Puse a John Prine como ejemplo y su “Your flag decal won’t get you in to heaven anymore”. Hoy tiene el mismo significado que cuando escribió esas palabras en 1971. El entrevistador me hizo una broma sobre Britney y le dije que no le emocionaban esas canciones por lo que eran sino porque le recordaban a una parte de su vida a la que tenía cariño.
Para conseguir eso ¿crees que es necesario que la música tenga algo de autobiográfica?
Seguro, creo que todos los escritores de canciones, en mayor o menor medida, sacamos las ideas de experiencias personales. Me veo muchas veces diciendo en un escenario “esta es una canción que compuse cuando…”, así que siempre son trocitos de tu vida o de la de la gente que amas. Luego está el trabajo de acercarlo a la gente que la oirá para que puedan identificarse con ella.
Sin ir más lejos, el título de tu disco, Wooden Heart (Corazón de madera) creo que es muy personal.
Sin duda. Hace unos años, mientras giraba con mi anterior disco me puse muy enfermo y pasé un tiempo en la UCI. Tardé meses en recuperarme, de hecho aún no lo estoy al 100 x 100. Tenía poco dinero para pagar a los médicos y esas cosas y un amigo tuvo un hijo al que quería hacer un regalo, así que como tengo experiencia haciendo guitarras a mano, cogí un trozo de madera sobrante y le hice un corazón como regalo. Aquello me ayudó mucho y como este disco en muy intenso en lo personal quise llamarlo así.
Acabas el disco con un tema en vivo ¿es tu forma de destacar la importancia de tus directos?
Sí. Mis conciertos son muy importantes porque me encanta tocar e interactuar con la gente. Esa canción, además, es algo muy especial. La escribí para un amigo que acabó falleciendo de cáncer. Reuní a algunos amigos músicos y la grabamos en el Cathedral Cafe para reunir beneficios para una organización solidaria.
Eduardo Izquierdo
Me gusta, música tradicional pura con sabor con sabor añejo, bien lo escuchare mas