Carlene Carter ya no es aquella chica explosiva que llevó a Nick Lowe al altar. Tampoco es la estrella country que vivía la vida al límite al lado de Howie Epstein. Carlene tiene hoy casi 60 años, está felizmente casada con el actor Joseph Breen y ha quitado el pie del acelerador, lo cual no significa que no tenga nada interesante que ofrecer. Todo lo contrario. Carter Girl, disco con el que celebra el legado de su familia revisitando canciones de A.P. (tío abuelo), Maybelle (abuela), June (madre) y Helen (tía), constituye la prueba fehaciente de que la madurez es un grado. No es el reseñado un tributo al uso. Es un homenaje hecho con cariño y pensado durante mucho tiempo. Carlene, a diferencia de ‘otros hijos de’, no reniega de su apellido. Se siente orgullosa de él y es esto lo que uno encuentra aquí: respeto, admiración y un puñado de preciosas versiones que, lejos de ceñirse a los originales, los amplifican a base de un sonido enérgico que tiene tanto de country como de rock. La presencia de viejos amigos como Willie Nelson y Kris Kristofferson, formidables en «Troublesome Waters» y «Black Jack David», no hace sino ampliar la sensación de estar ante una declaración de amor. Produce un esta vez acertado Don Was, director de una banda infalible en la que brilla la batería de Jim Keltner, el pedal de Greg Leisz y las harmonías de Elizabeth Cook. También se incluye la revisión de un tema propio, «Me And The Wildwood Rose» —tributo a Maybelle—, ya planchado en I Fell In Love. Sin ningún pero.
JORDI PUJOL NADAL
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