Parker Griggs debió caerse de niño, cual Obélix, en una marmita repleta de humeante ácido lisérgico cocinado por toda la retahíla de nombres que hicieron del blues-rock uno de los estilos más pujantes en los sesenta y los setenta. Para él el tiempo no ha pasado en términos musicales, sigue devoto a una manera muy concreta de entender la música que ha encontrado un notable eco entre una audiencia joven que llena sus conciertos, solo hay que acudir a uno de sus recitales en la península ibérica para comprobar su poder de convocatoria, pese a que sus composiciones no son de fácil asimilación para profanos del género. Solos a tutiplén, devaneos psicodélicos y amplios pasajes instrumentales son moneda corriente en el mundo de Radio Moscow. Asentada la sección de ritmo, Paul Marrone (batería) y Anthony Meier (bajo), parece que el irascible carácter del geniecillo de Iowa ha encontrado la estabilidad y eso se refleja en New Beginnings, un álbum, el quinto ya de su carrera, que es en mi opinión mucho más sólido que el anterior en estudio, Magical Dirt (2014), y con los objetivos más claros. Siguen exhibiendo pericia instrumental a borbotones pero ajustan las canciones y no dejan que esa exuberancia técnica las emborrone. Riffs rocosos con el pedal de fuzz echando humo y el trío en pleno frenesí durante treinta y nueve minutos que transcurren en un suspiro. De lo mejor en la actualidad dentro de su terreno.
MANEL CELEIRO