Noche con la agenda de conciertos repleta en la ciudad condal, incluso a pocos metros, en la sala Wolf, actuaba una banda que era, claramente, competencia directa de los irlandeses. Esa abundancia de citas, y por qué no decirlo, que quizás a The Answer se les ha pasado un poco el momento, pueden ser las razones para que el recinto mediano del complejo Razzmatazz luciera, poco más o menos, a un cuarto de su capacidad.
Con cortinas acotando el espacio y todavía gente por llegar, los locales Red N’ Rebel saltaron al escenario a matar y con un buen puñado de temas frescos que presentar, extraídos de su reciente segundo álbum, Sacred Energy. No los acompañó el sonido, algo saturado, con altibajos y exceso de volumen en algunos momentos. Pero demostraron confianza en sus posibilidades, solvencia técnica, buenas canciones, «Let’s Go To The Sun», «The Loser Way» y unas ganas de agradar que contagiaron al personal, que los despidió con nutridos aplausos.
Con todo el pescado vendido y con la lógica frialdad ambiental, salieron los cabezas de la velada, reforzando la formación de cuarteto con una teclista. No se arredraron ante el panorama y exhibieron profesionalidad y tablas. El periodo de hiato no los ha oxidado en exceso. Cormac Neeson sigue cantando tan bien como de costumbre, lo mejor de la noche con toda seguridad, y el resto del combo parecía divertirse y estar contentos de volver a girar.
Interpretaron bastantes composiciones de su último disco, abriendo con «Blood Brothers» y su marcado y recio ritmo, lo que significa que tienen confianza en ese nuevo material y no se plantean vivir de rentas. Aunque, evidentemente, el respetable acogió con mayor entusiasmo sus composiciones clásicas, es decir, las de sus primeros dos álbumes, «Under The Sky», «Come Follow Me», «Preachin’», «Comfort Zone», enraizadas en el hard y el blues rock setentero más ortodoxo.
Poco a poco consiguieron calentar la sala y concentrar al público en las primeras filas, donde el vocalista podía interactuar con más cercanía, bajó a cantar entre la audiencia, haciéndola ponerse en cuclillas y levantarse al unísono, y firmar una recta final, con «No Salvation», «Cold Heart», la tonada tradicional «Here’s A Health To Company» -interpretada en solitario por Neeson-, y la potente, y Zeppeliniana; «Demon Eyes», que dejó satisfechos a la mayoría de los asistentes.
Pero es evidente que deben volver a trabajarse a fondo la carretera y tratar de exprimir al máximo su talento en estudio para retomar el estatus del que disfrutaron en su mejor etapa. El tiempo dictará sentencia.
Manel Celeiro
Fotos: Dena Flows (Stage Live, Bilbao)